Por definición, el
procedimiento de curado consiste en el mantenimiento del hormigón en
unas condiciones climáticas controladas de temperatura y humedad tales,
que el proceso de hidratación del cemento continúe durante el mayor
tiempo posible con el fin de que alcance su máxima resistencia y
durabilidad, sea más impermeable y se reduzca su riesgo de fisuración.
Es imprescindible
garantizar un contenido mínimo de humedad con el fin de asegurar el
desarrollo de la estructura interna del material. Se han realizado
estudios que demuestran que la resistencia final alcanzada disminuye
cuando la humedad relativa del hormigón es inferior al 80%. Por ello, el
curado debe evitar la evaporación del agua superficial, manteniendo el
hormigón en una condición saturada o cercana a ella.
Un adecuado curado
evita el secado prematuro de las zonas más externas del elemento
hormigonado. Justamente esta zona es la expuesta a evaporación y cambios
de humedad, fisuración por retracción plástica, acción de la intemperie,
abrasión (desgaste), ataque de agentes químicos y carbonatación, y es la
zona que debe proteger al hormigón y a las armaduras.
Se ha demostrado
experimentalmente que el método más eficiente para la realización de las
pruebas de curado se obtiene mediante la utilización de las cámaras
húmedas, las cuales permiten mantener temperaturas ambientales
constantes manteniendo un porcentaje de humedad relativa elevado de
forma continuada. Un programa optimizado de +25ºC y 98%HR garantiza unos
resultados excelentes.
CCI viene
desarrollando desde 1967, bajo la certificación AENOR, cámaras de
simulación climática, entre las que se encuentran las cámaras de ensayos
de materiales de construcción y de curado de probetas de hormigón. A
este respecto es de destacar que CCI ha desarrollado este tipo de
cámaras para el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC),
laboratorios de calidad de la edificación, etc., entre otras entidades
relevantes y empresas diversas.
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