Sondeo de hielo en Groenlandia analizado en el estudio. / Foto: Niccolo
Maffezoli |
Un estudio liderado por investigadores del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC) a partir de un sondeo de hielo en
Groenlandia muestra que la emisión de yodo a la atmósfera se ha
triplicado en las últimas seis décadas. Estos altos niveles de yodo
suponen importantes implicaciones atmosféricas, ya que este halógeno
promueve la formación de aerosoles, destruye el ozono troposférico, y
altera con ello el forzamiento radiactivo en la atmósfera. El estudio se
publica en la revista Nature Communications.
“Los análisis geoquímicos llevados a cabo en el hielo, así como los
resultados de un modelo de última generación de química de la atmósfera
muestran que el yodo permaneció relativamente estable en la atmósfera
desde el siglo XVIII hasta la mitad del siglo XX”, indica el director
del estudio, Alfonso Saiz-López, investigador del CSIC en el Instituto
de Química Física Rocasolano.
El análisis se ha realizado a partir de un sondeo de hielo (sondeo
REnland ice Cap Project) perforado en la península de Renland, una zona
costera de Groenlandia oriental. Esta muestra ha permitido reconstruir
el contenido en yodo en la atmósfera desde el año 1760, al inicio de la
Revolución Industrial, hasta 2011, por lo que es el mayor registro de
yodo atmosférico en el hemisferio norte.
El aumento de yodo en la atmósfera registrado se debe a una combinación
de factores: “el incremento de ozono troposférico desde la Gran
Aceleración en la década de los años 50 (que induce la emisión de yodo
desde los océanos) sumado a la mayor actividad biológica en el Océano
Ártico durante el deshielo marino debido al calentamiento global,
explican el rápido incremento del yodo atmosférico en las últimas
décadas”, explica Saiz-López. “El yodo ha llegado a triplicar su
concentración en el hielo y en la atmósfera desde 1950”, argumenta Saiz-López.
“El aumento de yodo en la atmósfera ha acelerado la pérdida de ozono y
ha incrementado considerablemente el transporte de yodo y su deposición
en los continentes del hemisferio norte. La futura presión climática y
antropogénica podría seguir ampliando las emisiones de yodo oceánico con
impactos potenciales sobre la salud y el medio ambiente a escala
global”, concluye el investigador.
Fuente: CSIC 13/04/2018
Cuevas, C.A.,
Maffezzoli, N., Corella, J.P., Spolar, A., Vallelonga, P., Kjæ, H.,
Simonsen, M., Winstrup, M., Vinther, B., Horvat, C., Fernandez, R.P.,
Kinnison, D., LamarqueJ-F., Barbante. C., Saiz-Lopez, A. Rapid increase
in atmospheric iodine levels in the North Atlantic since the mid-20th
century. Nature Communications. DOI: 10.1038/s41467-018-03756-1
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