Una de las pruebas más importantes en el sector de automoción, tanto de
las piezas y componentes sueltos, como de las unidades ya acabadas, es
el test de resistencia a las condiciones climáticas extremas, tales como
la condición en barro, en ambiente salino marino, e incluso bajo
salpicaduras de agua de mar o inmersión parcial por oleaje.
En este empeño, la empresa automovilística alemana Audi ha realizado la
prueba número cien de corrosión y envejecimiento (test INKA) de sus
vehículos en su planta de Ingolsdadt (Alemania).
Según ha explicado el fabricante en un comunicado, con este test INKA,
que lleva a cabo Audi Quality Assurance, se simulan en diecinueve
semanas los desafíos a los que se enfrenta un coche con doce años de
vida y se verifica la efectividad de la protección anti-corrosión y la
durabilidad del vehículo.
Audi Quality Assurance ha completado, desde 2002 hasta la fecha, 322.500
horas de pruebas, ha recorrido más de un millón de kilómetros y ha
pasado por 2.800 ensayos en barro y 1.900 en medio salino.
El ensayo de resistencia comprende cinco fases: en la primera, el
vehículo recibe una "niebla" de agua salina en una cámara climática a 35
grados; después se expone a un clima tropical de hasta 50 grados y una
humedad del 100 % y, tras ello, 80 lámparas de alta potencia, con una
intensidad de 1.200 vatios, calientan la carrocería hasta un máximo de
90 grados.
En la cuarta fase se simulan condiciones invernales en el círculo polar.
A 35 grados centígrados bajo cero, una máquina con cuatro postes
hidráulicos mueve el coche para simular la torsión y tensión de la
carrocería y los apoyos del motor que los vehículos soportan al circular
en carreteras muy bacheadas.
Por último, los probadores conducen repetidamente los coches sobre
pistas especiales en las instalaciones de ensayo al aire libre.
En total, se recorren 12.000 kilómetros con cada unidad y, al final del
ensayo, los inspectores de calidad diseccionan el coche en unos 600
componentes individuales, revisándolos en busca de puntos débiles.
La jefa de Ingeniería de Materiales de Audi, Sylvia Droll, ha señalado
que el test INKA es "un instrumento esencial" para valorar la calidad de
los modelos y para optimizar aún más los métodos de producción de la
marca.
Fuente: Audi Living
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