Una vez más, los batiscafos tripulados
rusos Mir, alcanzaron el fondo del lago Baikal, considerado el más
profundo del mundo.
El Mir-2 descendió a 1.592 metros de profundidad, superando a su gemelo
el anterior Mir-1, que lo hizo a los 1.580 metros.
Si bien no pudo continuar la expedición por motivos accidentales, no
deja de ser una proeza.
El proyecto Mir, pretende realizar entre este año y el próximo, 160
inmersiones, con el fin de determinar con exactitud su profundidad,
detectar posibles fuentes subterráneas de procesos termales, tomar datos
tectónicos -el lago experimenta unos dos mil seísmos anuales de baja
intensidad- y examinar restos arqueológicos.
También tratará de verificar las hipótesis de la existencia en ese lago
de formas de vida sin oxígeno y, además, los científicos aprovecharán
para despejar otra incógnita: las reservas y los recursos energéticos
del lago.
La misión está organizada por el Fondo de Asistencia para la Protección
de Lago Baikal y dirigida por Artur Chilingárov, vicepresidente de la
Duma, la cámara de diputados de Rusia, e investigador polar.
Evidentemente este proyecto no sería posible sin la investigación
previa, a escala de laboratorio, de todos sus componentes. Así, fueron
realizados ensayos de cambios térmicos bruscos, pruebas de estanqueidad
al agua, corrosión, resistencia a las altas presiones, vibraciones de
los componentes electrónicos, etc.
CCI viene desarrollando desde el año 1967 cámaras de ensayos climáticos
y de simulación ambiental para investigación de componentes submarinos y
de tecnología náutica. A este respecto es de destacar que CCI ha
suministrado este tipo de cámaras climáticas a entidades más
prestigiosas de nuestro país.
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