Imagen:
Las redes biológicas (integradas por plantas y animales interactuando
entre sí) son una parte fundamental a la hora de estimar pérdidas de
diversidad. / MARIA BEGOÑA GARCÍA / IPE |
Una
planta puede llegar a extinguirse porque no es capaz de tolerar el
cambio de temperaturas que se está produciendo en el lugar donde crece.
No obstante, también puede ocurrir que no llegue a sentir los efectos de
estos cambios e, incluso, se adapte a ellos, pero que pierda los
insectos polinizadores que compartía con otra que sí ha desaparecido
como consecuencia del cambio climático.
El
primer resultado que arroja este trabajo muestra que las redes
mediterráneas podrían llegar a sufrir mayores pérdidas de biodiversidad
por acción directa del cambio climático. En concreto, en las dos redes
mediterráneas que se han estudiado, las especies, de manera aislada,
tienen más probabilidades de extinguirse. Los investigadores creen que
es consecuencia, en parte, del mayor grado de endemicidad de la
comunidad vegetal de esta zona, donde las plantas tienen una
distribución restringida y rangos climáticos más estrechos.
“El
efecto de las coextinciones, por la desaparición de especies de las que
otras dependen para vivir, también es muy superior en las redes
mediterráneas frente a otras de ambientes más fríos. Inspeccionando más
en detalle las comunidades resultantes a largo plazo, también se observa
que el grupo de especies afectadas por las coextinciones es diferente al
de aquellas amenazadas por extinciones inducidas directamente por el
clima. Habrá que estudiar más en detalle las razones y aumentar el
número de redes analizadas para poder generalizar”, explica la
investigadora del CSIC María Begoña García, que trabaja en el Instituto
Pirenaico de Ecología.
Coextinciones en cascada
Los
investigadores han analizado siete redes de polinización en Europa
distribuidas desde el sur de la Península Ibérica hasta el norte de los
países nórdicos, para simular cómo el efecto del cambio climático (según
varios escenarios climáticos del Grupo Intergubernamental de Expertos
sobre el Cambio Climático -IPCC pos sus siglas en inglés- y
socioeconómicos) afectaría a la diversidad final de la comunidad tras
considerar dos procesos simultáneos y dos horizontes temporales lejanos
(años 2050 y 2080).
El
primer paso consistió en caracterizar la riqueza (número de taxones), la
diversidad evolutiva (relación de parentesco) y funcional (la forma de
vida, el tipo de sistema de polinización y si se reproducen también
vegetativamente) de las plantas en cada red. Mediante modelos de
distribución de especies, los científicos determinaron la probabilidad
directa de desaparición de cada planta por el cambio en las condiciones
climáticas del lugar donde se localiza la red. La particularidad de esta
simulación fue asignar a cada organismo una probabilidad de extinción
proporcional al número de sus interactuantes desaparecidos.
“En
una comunidad, por tanto, la desaparición de una planta podrá venir
determinada no sólo porque las nuevas condiciones climáticas quedan
fuera de su rango de tolerancia, sino también porque dicha planta queda
huérfana de interactuantes necesarios para su reproducción si dichos
interactuantes estaban muy asociados a otra planta que sí ha
desaparecido por efecto directo del cambio climático. Este segundo
efecto puede provocar una cascada de coextinciones dentro de la red, que
vendría modulada por su arquitectura: las conexiones entre plantas y
animales”, detalla la investigadora del CSIC.
El
estudio muestra, en definitiva, que las conexiones de las redes
biológicas son una parte fundamental a la hora de estimar pérdidas de
diversidad, tanto en términos de número de especies como de diversidad
funcional y de linajes.
Bascompte, J, MB García, R Ortega, E Rezende, S Pironon.
2019.
Mutualistic interactions reshuffle the effects of climate change on
plants across the tree of life.
Science Advances. DOI: 10.1126/sciadv.aav2539
Fuente: CSIC 16/05/2019
www.cci-calidad.com |