Imagen de
Titán tomada por la misión Cassini (se observa un vórtice atmosférico al
sur del satélite). / NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute |
Titán, el mayor satélite de Saturno, constituye un objeto único: mayor
que Mercurio, es el único objeto del Sistema Solar, además de la Tierra,
que alberga dunas, ríos y lagos. Se trata además del único satélite que
presenta una atmósfera densa y cuenta con un ciclo similar al
hidrológico terrestre, pero controlado por metano.
Ahora, un grupo internacional de astrónomos, con participación de
investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas
(CSIC), ha revelado otra peculiaridad inesperada de esta luna
anaranjada: vientos muy confinados y veloces, de hasta 340 metros por
segundo, soplan en la alta atmósfera, alimentados por ondas procedentes
de la baja atmósfera. Los resultados aparecen publicados en el último
número de la revista Nature Astronomy.
Una luna con atmósfera de planeta
La
densidad de la atmósfera de Titán supera a la de la Tierra y genera una
presión sobre la superficie algo mayor que en nuestro planeta, similar a
la del fondo de una piscina. Al igual que en la atmósfera terrestre, en
la de Titán predomina el nitrógeno (98,4%), pero el resto de los
componentes, como el metano (1,4%) y otros compuestos orgánicos,
establece grandes diferencias. Titán muestra, además, lo que se conoce
como “súper rotación”: rota muy lentamente –tarda 16 días terrestres en
completar un giro sobre sí mismo–, pero sus vientos se mueven a mayor
velocidad que la propia superficie (algo que también ocurre en Venus,
pero a mayor escala).
“Los
vientos en Titán se habían estudiado con anterioridad a través de
distintos métodos –señala Luisa María Lara, investigadora del CSIC en el
Instituto de Astrofísica de Andalucía-. Conocíamos que en la
estratosfera soplan vientos muy fuertes, de hasta 200 metros por
segundo, que además variaban con la latitud y las estaciones, pero
desconocíamos qué ocurría en las capas más altas, entre los 500 y los
1.200 kilómetros, lo que constituía una visión incompleta de la dinámica
de la atmósfera de Titán”.
Veloces corrientes de chorro
Los
investigadores observaron Titán empleando el observatorio Atacama Large
Millimeter Array (ALMA), un conjunto de antenas situado en el desierto
de Atacama (Chile), centrándose en seis moléculas concretas presentes en
la mesosfera y termosfera del satélite. “Vimos que los picos de emisión
de estas moléculas estaban desplazados en frecuencia con respecto al
valor teórico, lo que solo puede explicarse mediante un viento que
transporta el material en las regiones sondeadas por las observaciones”,
explica Lara.
Se
trata de vientos más veloces que los medidos en la baja y media
atmósfera, que se extienden en altura a lo largo de la termosfera y cuya
circulación se convierte, progresivamente, en una corriente de chorro
(un flujo de aire muy rápido y estrecho), que alcanza los 340 metros por
segundo a una altura de 1.000 kilómetros (como comparación, los
huracanes más potentes de la Tierra han generado vientos de unos 100
metros por segundo como máximo).
Todas
las observaciones y estudios realizados hasta la fecha apuntaban a un
balance energético insuficiente para dar lugar a vientos veloces en esa
región de la atmósfera, y hallarlos ha supuesto una sorpresa. “La
explicación que proponemos sugiere que ondas que se propagan
verticalmente desde la estratosfera y mesosfera hacia arriba son capaces
de depositar la energía a unos mil kilómetros. Esta energía, más la que
aporta la radiación solar en el ultravioleta extremo, son las
responsables de los vientos en esa región”, concluye la investigadora
del CSIC.
E. Lellouch,
M.A. Gurwell, R. Moreno, S. Vinatier, D.F. Strobel, A. Moullet, B.
Butler, L. Lara, T. Hidayat, E. Villard. An intense thermospheric jet on
Titan. Nature Astronomy.
Fuente: CSIC
15/04/2019
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