La NASA pone en marcha dos
misiones destinadas a entender los confines climáticos de la atmósfera
de la Tierra.
Por encima de las nubes,
la atmósfera de la Tierra da lugar al espacio.
A esta interface se la
denomina ionosfera. Los cambios en la ionosfera que reaccionan al clima
espacial, arriba, y al clima de la Tierra, abajo, pueden afectar las
comunicaciones y las señales de GPS (Sistema de Posicionamiento Global,
en idioma español) y podrían perjudicar a los astronautas. De manera que
es importante entender esa región en su totalidad.
Dos nuevas misiones de la
NASA, el Explorador de Conexión Ionosférica (Ionospheric Connection
Explorer, o ICON, por su acrónimo en idioma inglés, y las Observaciones
a Escala Global de la Extremidad y el Disco (Global-scale Observations
of the Limb and Disk, o GOLD, por su acrónimo en idioma inglés)
trabajarán juntos para revelar sus secretos. Juntas, estas misiones
proporcionarán la vista más amplia que se ha obtenido hasta la fecha de
esta capa crítica de la atmósfera superior de la Tierra. ICON, a 563
kilómetros (350 millas) por encima del planeta, se concentrará en los
efectos de las condiciones climáticas terrestres. Para obtener una vista
más amplia, GOLD llevará a cabo observaciones de la atmósfera superior
de la Tierra a escala global, que incluyen la ionosfera, desde una
altitud de 35.400 kilómetros (22.000 millas), realizando observaciones
del disco completo cada 30 minutos, más frecuentemente de lo que lo ha
hecho cualquier otra misión ionosférica.
Durante mucho tiempo, se
pensó que nuestro dinámico Sol era el único responsable del cambio en la
ionosfera. Pero estudios recientes demuestran que la dinámica del clima
de la Tierra también desempeña un importante papel. Las condiciones
climáticas, como los huracanes y los patrones del viento cerca de la
superficie terrestre, pueden afectar tanto la atmósfera como la
ionosfera. Los científicos de las misiones quieren entender de qué
manera los fenómenos del clima afectan la atmósfera superior y los
confines del espacio más cercanos.
Scott England, un
científico del proyecto ICON, en Virginia Tech, explica: “Sabemos que la
ionosfera de la Tierra varía extraordinariamente cada hora y también de
un día para el otro, pero no sabemos la causa de gran parte de esta
variabilidad. ICON se concentra en tratar de entender si las condiciones
del clima cerca de la superficie de la Tierra pueden explicar alguno de
los cambios que vemos en la ionosfera”.
ICON, cuyo lanzamiento
está previsto para 2018, volará a través de la atmósfera superior
recopilando información del espacio por el que viaje y observando la
ionosfera inferior a distancia. También investigará las propiedades de
las partículas cargadas en la ionosfera y de las partículas atmosféricas
neutras, como las formadas por el clima muy abajo, para determinar cómo
interactúan.
El lanzamiento de GOLD
tuvo lugar el 25 de enero de 2018 a bordo del satélite de comunicaciones
comerciales SES-14 y es el primer experimento que puede rastrear de hora
a hora cambios en la ionosfera.
GOLD vuela en un satélite
geoestacionario para tomar imágenes de la ionosfera a distancia, de
manera similar a los satélites meteorológicos cuando proporcionan
imágenes a escala global de la atmósfera inferior de la Tierra y de su
superficie.
England dice: “GOLD
proporcionará el contexto que necesitamos para separar los cambios a
medida que la nave espacial se mueve de una región a otra, de lo que
realmente está cambiando con el tiempo”.
Y continúa: “Es muy
parecido a la manera en la que podríamos estudiar un huracán a través de
una combinación de un satélite meteorológico, que puede rastrear su
avance, y un avión, que puede realizar mediciones muy detalladas; es
decir, podemos usar a ICON y GOLD para proporcionar vistas detalladas y
vistas a escala global de lo que está sucediendo en nuestra atmósfera
superior y en la ionosfera”.
Juntas, ICON y GOLD serán
una poderosa combinación.
Fuente: NASA
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