Imagen:
Trabajos de recogida de un ejemplar de meteorito en la Antártida. /
Katherine Joy / ANSMET |
Un
estudio internacional liderado por investigadores del Instituto de
Ciencias del Espacio, del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas (CSIC), y del Institut d'Estudis Espacials de Catalunya ha
descubierto que las condritas carbonáceas, una clase de meteoritos,
incorporaron minerales hidratados junto a materia orgánica del disco
protoplanetario previo a la formación de los planetas. Los científicos
que firman el estudio publicado en la revista Space Science Reviews
señalan que estos meteoritos jugaron “un papel importante en el
enriquecimiento en agua de la Tierra primitiva”, dado que habrían
facilitado el transporte de elementos volátiles que se acumularon en las
regiones externas del llamado disco protoplanetario a partir del cual se
formaron los planetas hace más de 4.500 millones de años. La Tierra se
formó en un ambiente cercano al Sol mucho más reducido, en relativa
ausencia de oxígeno.
Las
condritas carbonáceas proceden de cuerpos que, dado su tamaño
generalmente inferior a un centenar de kilómetros, nunca se fundieron ni
sufrieron internamente diferenciación química como los planetas. Por
ello, su estudio proporciona pistas sobre las etapas iniciales de
agregación de los primeros cuerpos que formaron los planetas. Los
meteoritos analizados en este trabajo pertenecen a la colección
Antártica de la NASA, de la que el Instituto de Ciencias del Espacio del
CSIC es único centro español repositorio, y a las caídas meteoríticas
ocurridas en Murchison (Australia) en 1969 y en Renazzo (Italia) en
1824. Se han estudiado ejemplares representativos de dos de los grupos
más hidratados de condritas carbonáceas: CM y CR.
“Las
condritas constituyen un legado fósil de la creación de los
planetesimales, que aportan información sobre los procesos de agregación
de los primeros bloques formativos de los planetas, pero también de todo
lo que aconteció en su interior poco después de su formación. En este
estudio queremos ir un paso más allá para identificar procesos de
incorporación del agua acaecidos en el mismo disco protoplanetario”,
explica el investigador del CSIC Josep María Trigo, que trabaja en el
Instituto de Ciencias del Espacio y ha dirigido el estudio.
El
investigador del CSIC añade: “Existe un gran debate sobre el origen del
agua en la Tierra y nuestro estudio corrobora que las condritas
carbonáceas fueron capaces de transportar agua de manera muy eficiente
en sus matrices. Esa agua parece proceder de dos tipos de objetos
formados a diferentes distancias del Sol: los asteroides hidratados y
los cometas. Obviamente, a fin de conocer el origen del agua de la
Tierra debemos estudiar no sólo los cometas sino también las condritas
carbonáceas que proceden de una población de asteroides llamados
transicionales. Esos cuerpos fueron muchísimo más numerosos hace 4.000
millones de años pero sufrieron una desestabilización gravitatoria
durante la migración de Júpiter y Saturno hasta su localización actual.
Aquellos que no acabaron siendo engullidos por Júpiter y Saturno fueron
impulsados hacia los planetas terrestres y hacia otras regiones del
Sistema Solar, transportando agua y materia orgánica acumulados en sus
interiores”, explica el investigador del CSIC.
El
estudio también apunta a implicaciones directas sobre el origen del agua
en la Tierra. “Nuestros cálculos apuntan a que, coincidiendo con el
llamado ‘gran bombardeo’ producido por la desestabilización gravitatoria
del cinturón principal de asteroides, billones de toneladas de condritas
carbonáceas alcanzaron la Tierra hace unos 3.800 millones de años. Y lo
hicieron transportando en sus finas matrices agua y otros elementos
volátiles en forma de minerales hidratados.”, señala Trigo.
En el
estudio han participado Safoura Tanbakouei y Victoria Cabedo, del
Instituto de Ciencias del Espacio; Albert Rimola, de la Universidad
Autónoma de Barcelona, y Martin Lee, de la Universidad de Glasgow
(Escocia).
El
objetivo de futuras misiones
Actualmente están en marcha dos misiones de retorno de muestras desde
asteroides primitivos: OSIRIS-REx, de la NASA, y Hayabusa 2, de la
agencia espacial japonesa JAXA. Los resultados de los análisis de las
condritas carbonáceas a micro y nanoescala que publica este nuevo
estudio revelan la importancia de esas misiones de retorno de muestras
que pueden traer a la Tierra rocas no tan sesgadas por las colisiones
como los meteoritos que llegan a la superficie terrestre.
Trigo-Rodríguez
J.M., Rimola A., Tanbakouei, S., Cabedo V. y Lee M.R. Accretion of water
in carbonaceous chondrites: current evidence and implications for the
delivery of water to early Earth. Space Science Reviews. DOI:
10.1007/s11214-019-0583-0
Fuente: CSIC
14/02/2019
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