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Los acabados convencionales de baja calidad para madera expuesta a las
inclemencias del tiempo presentan una vida útil limitada. |
Todos
conocemos el fenómeno de pinturas que pierden color. Es un defecto
fácilmente visible por cualquier persona, y que afecta gravemente a la
estética de las cosas, decorados, fachadas de edificios, etc. Sin
embargo, la resistencia del color de una pintura sigue siendo un
criterio poco valorado a la hora de evaluar su calidad.
¿A
qué se debe la falta de estabilidad de color?
La
estabilidad del color depende de toda una serie de factores diferentes.
Los más importantes son la luz, la intemperie, la contaminación
atmosférica y la suciedad. Todos estos factores afectan tanto a los
pigmentos como a los ligantes, que son los componentes más importantes
para el color de una pintura.
Diferencias entre pigmentos
Las
pinturas de silicato se formulan exclusivamente con este tipo de
pigmentos inorgánicos; también por el hecho de que muchos pigmentos
orgánicos no soportan la elevada alcalinidad del ligante de silicato.
Pero la formulación exacta de colores definidos, es notablemente más
difícil cuando se emplean pigmentos minerales que con pigmentos
orgánicos. La reproducción de colores formulados con pigmentos
inorgánicos, es un trabajo artesanal y laborioso que requiere mucha
experiencia. Resumiendo: Una pintura de exterior estable a la luz sólo
se puede fabricar empleando pigmentos inorgánicos de alta calidad.
Existen pigmentos orgánicos e inorgánicos (minerales). En función de su
origen, variará su grado de resistencia a la luz. Los pigmentos
inorgánicos son los más resistentes a la luz y a los rayos ultravioleta,
y mantienen su coloración durante decenas de años. Al igual que el ácido
cítrico permite eliminar manchas de frutas producidas por colorantes
orgánicos, los contaminantes atmosféricos (“lluvia ácida”) pueden causar
alteraciones de color en pigmentos orgánicos.
Al
igual que en el caso de los pigmentos, también se pueden distinguir dos
grandes grupos de ligantes entre las pinturas. Y también los ligantes
juegan un papel importante de cara a la estabilidad del color de la
pintura aplicada. Existen ligantes orgánicos, como resinas sintéticas,
acrilatos y siliconas, y ligantes minerales, inorgánicos, como silicato
potásico o gel-silicato (mezcla de gel de sílice y silicato potásico).
La exposición a rayos ultravioleta y a la intemperie, así como los
cambios térmicos o de humedad, pueden afectar al ligante orgánico,
provocando su degradación. Esta degradación progresiva del ligante
“descubre” los pigmentos originalmente envueltos en resinas, con lo que
quedan más expuestos a los rayos solares. Esto resistencia del ligante
contra rayos UV y a la intemperie lleva a una aceleración de la
alteración de color por rayos UV. Además, al degradarse el ligante, la
adherencia de los pigmentos queda más debilitada, y éstos son
arrastrados por la lluvia, quedando el color cada vez más pálido. De
otra parte, la luz ultravioleta puede amarillear el ligante. Finalmente,
las resinas orgánicas van perdiendo paulatinamente su aditivo
plastificante, con lo que pierden elasticidad y se vuelven cada vez más
rígidas. Esto lleva a la formación de microfisuras en la película de
pintura, por las que puede penetrar agua provocando daños por su falta
de transpirabilidad. Resumiendo: Los ligantes minerales, como silicato
potásico o sol-silicato, son los ligantes más resistentes a los rayos
UV. Además, ambos son totalmente resistentes a la intemperie.
Estabilidad de color
Dada
la gran cantidad de factores internos y externos relacionados con el
color de una pintura de fachada, seguramente no existen colores 100%
estables. Sin embargo, las diferencias en el comportamiento entre
distintos tipos de pinturas son enormes. La dificultad estriba en la
medición de estas diferencias.
Fuente: Boletín informativo KEIM.
Artículo completo:
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