Deshielo
en el lago Baikal, en la región sur de Siberia (Rusia) / Jorge Manuel
García Martinez, FOTCIENCIA7 |
El
calentamiento global está dejando cada vez más muestras evidentes en las
regiones sensibles a la existencia de permafrost del planeta, según
demuestra un estudio comparativo global realizado por la red
internacional de permafrost GTN-P, en el que han colaborado expertos de
26 países.
Un
equipo internacional de científicos, entre ellos, el catedrático de
Física Aplicada de la Universidad de Alcalá, Miguel Ramos, confirma que
la temperatura del suelo congelado, a una profundidad de más de 10
metros, aumentó en un promedio de 0,3°C entre 2007 y 2016 en el Ártico y
Antártico, así como en las altas cordilleras de Europa y Asia central.
Sin embargo, la subida más pronunciada se ha registrado en Siberia,
donde la temperatura del suelo congelado ha llegado a subir casi 1
grado.
Los
investigadores participantes han monitorizado y analizado la temperatura
del suelo en perforaciones realizadas en el Ártico, Antártico y varias
cordilleras de alta montaña alrededor del mundo durante diez años. Los
datos se recopilaron a profundidades superiores a 10 metros, con el fin
de descartar la influencia de las variaciones de temperatura propias de
los cambios de estación.
¿Qué
es el permafrost?
Aproximadamente, un sexto de las áreas terrestres de nuestro planeta se
consideran regiones de permafrost, lo que significa que los suelos se
han mantenido permanentemente congelados durante al menos dos años
consecutivos. En la mayoría de estas regiones, sin embargo, el frío
penetró el suelo hace milenios; como resultado, en los casos más
extremos, el permafrost continúa hasta una profundidad de 1,6
kilómetros.
A
raíz del calentamiento global, la integridad de estas estructuras se
está viendo cada vez más comprometida
La
temperatura del permafrost es una de las variables climáticas más
universalmente aceptadas. Ofrece una visión directa de cómo el suelo
congelado reacciona ante el cambio climático. Esta información es
especialmente esencial en las regiones de permafrost donde el suelo ya
se ha vuelto más cálido o comenzado a descongelarse, produciendo daños
en infraestructuras como carreteras, pilares, cimentaciones y otras que
se sustentan en la rigidez del suelo provocada por su estado térmico de
congelación.
Además, a raíz del calentamiento global, la integridad de estas
estructuras se está viendo cada vez más comprometida, generando grandes
costes. Asimismo, los suelos de permafrost contienen cantidades masivas
de materia vegetal y animal preservada. Si este material orgánico se
libera debido a la descongelación del permafrost, los microorganismos se
activarán y dará comienzo un proceso que potencialmente podría producir
suficiente dióxido de carbono y emisiones de metano como para elevar,
aún más, la temperatura media global del aire, debido al reforzamiento
del efecto invernadero, entre 0,13 y 0,27 grados hasta el año 2100.
El
permafrost se descongela
El
conjunto de datos completo abarca 154 perforaciones, 123 de los cuales
han permitido extraer conclusiones durante toda una década. Los
resultados demuestran que, en esos diez años, desde 2007 a 2016, la
temperatura del suelo del permafrost se elevó en 71 de los 123 puntos de
medición y, concretamente, en 5 de ellos, el permafrost ya estaba
descongelándose. Por otro lado, la temperatura del suelo bajó en 12
perforaciones, por ejemplo, en ubicaciones específicas al este de
Canadá, el sur de Eurasia y en la Península Antártica; y en otras 40
perforaciones, la temperatura permaneció prácticamente inalterada.
El
equipo de investigación de la Universidad de Alcalá lleva trabajando en
el estudio térmico del permafrost más de 25 años. Tanto en zonas de alta
montaña y Antártida, además de estudios planetarios en Marte. Para este
trabajo son indispensables los datos de todas las estaciones que
componen la red global GTN-P, pero son de especial importancia los
sondeos y el equipamiento para la medida de las variables térmicas del
permafrost situado en zonas remotas.
Es el
caso de la península antártica, donde el grupo de la Universidad de
Alcalá mantiene de forma ininterrumpida su actividad, alimentando la
base de datos GTN-P, que permitirá realizar en el futuro más estudios a
escala global.
Mientras en el norte es donde se registran las bajadas más drásticas de
temperatura el suelo congelado solo se calentó 0,2 grados de media
Mientras en el norte es donde se registran las bajadas más drásticas de
temperatura, más al sur, en las regiones árticas con menos de 90% de
permafrost, el suelo congelado solo se calentó 0,2 grados de media. En
estas regiones hay cada vez más nevadas, que preservan el permafrost de
dos maneras, siguiendo el principio del iglú: en invierno la nieve
protege el suelo del frío extremo por aislamiento térmico y en primavera
refleja la luz del sol, debido a su gran albedo, lo que evita que el
suelo absorba demasiada energía, al menos hasta que la nieve se haya
derretido por completo.
La
mayoría de los puntos de perforación utilizados en el estudio fueron
realizados y dotados de equipos de medición durante el Año Polar
Internacional 2007/08, cuando ya ofrecieron una primera instantánea de
las temperaturas del permafrost.
Desde
entonces, más de 50 grupos de investigación han realizado un
mantenimiento regular en las estaciones de medida y han registrado sus
lecturas anualmente. Gracias al esfuerzo generado por la construcción
del espacio virtual GTN-P, dichos datos fueron posteriormente
intercalados y estandarizados, asegurando así la posibilidad de ser
comparados en análisis globales.
El
monitoreo de permafrost exige un marco institucional
A
diferencia de las observaciones meteorológicas, todavía no existe una
sola institución internacional que, siguiendo los pasos de la
Organización Meteorológica Mundial (OMM), agrupe con éxito los intereses
nacionales relacionados con los datos criosféricos y más particularmente
sobre permafrost. Dichas instituciones serían un activo esencial para
coordinar estas importantes mediciones científicas y a garantizar que
los puntos de seguimiento puedan seguir siendo utilizados en el futuro,
puesto que la intención es seguir monitorizándolos y extrayendo
conclusiones.
Hasta
la fecha, las perforaciones de permafrost y los sensores de temperatura
instalados en ellos han sido mantenidos y funcionando por los propios
grupos de investigación en el contexto de proyectos a pequeña escala. La
red terrestre global para permafrost (GTN-P) ofrece un sistema de
gestión de datos, que fue desarrollado conjuntamente por el Instituto de
Investigación Polar alemán Alfred Wegener y el Arctic Portal, plataforma
de información y soporte de las bases de datos de investigación
científica en el Ártico, con sede en Islandia, gracias al apoyo
financiero de la Unión Europea.
Referencia bibliográfica:
Boris K. Biskaborn et al., "Permafrost is warming
at a global scale", Nature Communications, 16 de enero de 2019,
https://doi.org/10.1038/s41467-018-08240-4
Fuente: Agencia SINC
https://www.agenciasinc.es/Noticias/Confirman-el-aumento-de-la-temperatura-del-suelo-en-el-permafrost-de-todo-el-mundo
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