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Alarma climática urge a España liderar la lucha contra el calentamiento ambiental

 

España debe liderar la lucha contra el cambio climático porque será uno de los países más afectados.

 

Greenpeace ha hecho una recopilación de datos y testimonios científicos que muestran la urgencia de actuar para frenar el cambio climático. En sus conclusiones urge que el Gobierno español debe intensificar su lucha contra el calentamiento global, poniendo como objetivo el fin del carbón para 2025.

 

Olas de calor, fenómenos meteorológicos extremos, especies invasoras o intensificación de enfermedades… Greenpeace ha analizado, junto a representantes de la comunidad científica de diferentes ámbitos, cómo nos afecta el cambio climático. Y la conclusión es clara: somos uno de los países más vulnerables al cambio climático y es necesaria una acción contundente y urgente que reduzca las emisiones causantes del problema. Además, para evidenciar estos efectos, ha recopilado imágenes que lo visibilicen, de la mano del prestigioso fotoperiodista Pedro Armestre.

 

“Hemos reunido los distintos impactos del cambio climático para tener la perspectiva de la dimensión del problema. El cambio climático es el mayor peligro al que nos enfrentamos. Nos afecta a todos nosotros como sociedad, aquí y ahora, y es una realidad que aumenta cada vez más rápido”, ha señalado José Luis García Ortega, responsable del programa de cambio climático de Greenpeace España en el desayuno de prensa organizado esta mañana por la organización. “Ignorar las evidencias científicas es suicida. Lo que estamos viendo prueba que no estamos haciendo lo suficiente para evitar el problema. Seguir haciendo lo mismo no es una opción. El momento de actuar es ahora, no hay tiempo que perder”.

 

El informe de Greenpeace se presenta justo cuando la ONU ha informado de la necesidad de quintuplicar la reducción de emisiones para limitar el calentamiento global a 1,5ºC y el mismo día que la Comisión Europea presenta su propuesta para elevar la ambición climática, en la que considera la opción de reducir las emisiones a cero en 2050.

 

Greenpeace considera que ahora más que nunca hay que insistir en que estamos a tiempo, pero hace falta actuar con urgencia. Y es que limitar el calentamiento a 1,5°C en lugar de a 2°C supondría una gran diferencia, tal y como alertaba hace pocas semanas el Panel Intergubernamental de expertos de Naciones Unidas sobre cambio climático (IPCC). A pocos días de la celebración de la Cumbre del Clima de Polonia (COP 24), la organización ecologista incide en que las emisiones globales de CO2 deben reducirse a la mitad en 2030 y a cero para mitad de siglo. Para que eso sea posible, los países europeos deben comprometerse a que sus emisiones netas sean nulas para 2040 y abandonar el carbón como paso más inmediato.

 

“Ser conscientes de los graves riesgos que supone el cambio climático para nuestro país debe ser el principal motivo que impulse la acción urgente para reducir drásticamente las emisiones y asumir un liderazgo internacional en la acción climática y la transición energética”, añade García. Sabiendo que España es uno de los países más vulnerables a esta amenaza, el gobierno debe acudir a la cita de Polonia con voluntad de asumir y exigir mayores compromisos. La ley de cambio climático que han presentado es un paso positivo en la dirección correcta, pero le falta ambición para llegar más lejos y más rápido”.

 

Datos y testimonios reclaman urgencia

 

La recopilación de datos no es fácil, e incluso pueden existir ciertas variaciones entre las distintas fuentes científicas ya que el monitoreo y la previsión no es sencilla, máxime cuando se habla de un fenómeno complejo, acelerado y multicausal como el cambio climático. Pero el simple hecho de recopilar estos datos científicos, de verlos todos juntos, da una dimensión de la enormidad del problema y del reto. El objetivo de este informe de Greenpeace es resaltar esos efectos, no para quedarnos en ellos, no para pensar que no se puede hacer nada, sino todo lo contrario: para insistir en la urgencia de actuar, sabiendo que las soluciones están disponibles y son beneficiosas para la sociedad y la economía.

 

En su recopilación, Greenpeace ha clasificado los impactos del cambio climático entre los que afectan al medio ambiente y los sociales. España se encuentra ya en un proceso de cambio climático. Los fenómenos atmosféricos son cada vez más frecuentes e intensos y en los años venideros se prevé que se multipliquen, si no se pone freno al calentamiento global. Partiendo del cambio ya observado, los escenarios de futuro indican que las olas de calor se repetirán cada verano y superarán los récords de temperaturas hasta ahora registrados, la gota fría traerá graves lluvias torrenciales e inundaciones en pueblos y ciudades del Mediterráneo y los huracanes, atípicos en esta zona del planeta, visitarán la Península. A lo que se suma la subida del nivel del mar y el cambio en la dinámica de los incendios.

 

El Dr. David Vieites, biólogo y director del departamento de Cambio Global del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) no tiene dudas de estos efectos: “Existen evidencias palpables de que hay desertización, no solo en base a modelos científicos, sino que ya se está viendo en el campo, en los cultivos, en los bosques… Se espera una reducción progresiva de precipitaciones que se va a sumar a una mayor evapotranspiración, hasta llegar a fenómenos extremos como largas olas de calor. Junto a este descenso de las precipitaciones se producirán otros fenómenos extremos como lluvias torrenciales puntuales u olas de calor”.

 

A esto se suman los efectos en la biodiversidad a través del aumento de la aparición de especies invasoras (como el mejillón cebra, el mosquito tigre o la proliferación de medusas) y la desaparición o descenso de otras.

 

Dentro de los impactos sociales, son especialmente importantes los relativos a la salud. Especialistas señalan un aumento de la mortalidad vinculada a las olas de calor, una mayor incidencia de enfermedades relacionadas con la contaminación atmosférica (alergias), el agravamiento de las enfermedades circulatorias y respiratorias debido principalmente a extremos térmicos (olas de calor y frío) y el aumento del riesgo de enfermedades tropicales transmitidas por mosquitos (Dengue, Chikunguya).

 

“Pero hay más consecuencias en la salud relacionadas con el cambio climático. Por ejemplo, con el aumento de las concentraciones de NO2 y del ozono se magnifican los problemas en el aparato respiratorio o se exacerban los casos de Alzheimer y de Parkinson, según han constatado más de 15 años de investigación en nuestro centro. El mayor o menor crecimiento de la contaminación depende del grado de insolación y de estabilidad atmosférica, si no llueve ni hay viento, hace que permanezca más tiempo y se acumula en el aire, de ahí la relación entre emisiones de gases de efecto invernadero y la calidad del aire”, ha explicado Cristina Linares Gil, científica titular del Instituto de Salud Carlos III e integrante del grupo de expertos para el Sexto Informe de IPCC sobre cambio climático, en el encuentro de prensa de Greenpeace.

 

Fuente: Greenpeace

 

https://es.greenpeace.org

  

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