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Un
estudio liderado por investigadores del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC) ha desarrollado la primera guía
estandarizada de buenas prácticas para mejorar el desarrollo de modelos
predictivos de distribución de especies utilizados en evaluaciones del
estado de la biodiversidad. Esta nueva guía, que se publica en la
revista Science Advances, ha sido desarrollada por un equipo
internacional de investigadores liderado por el investigador del Museo
Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) Miguel Araújo, y financiado a
través del programa COST de la Unión Europea.
“La
aplicación de la guía mejora considerablemente la selección y evaluación
de los modelos, algo esencial para tomar decisiones relativas a las
políticas de conservación ante las alteraciones producidas por fenómenos
como el cambio global”, explica Araújo.
“Nuestro objetivo final es alcanzar un consenso a la hora de desarrollar
modelos para la evaluación de la biodiversidad. Proponemos una manera de
poder dar prioridad y fiabilidad, y garantizar la transparencia en la
aplicación de los resultados científicos a las políticas, así como
fomentar mejoras en la ciencia subyacente”, añade Carsten Rahbek, del
Museo de Historia Natural de Dinamarca.
“Los
modelos ecológicos son cada vez más necesarios dados los rápidos cambios
que se están produciendo en el planeta. Estas herramientas nos permiten
predecir, por ejemplo, cómo será la distribución de una especie en un
área concreta teniendo en cuenta cambios en el clima”, contextualiza
Araújo. Las predicciones obtenidas a partir de estos modelos tienen gran
repercusión, ya que se utilizan para evaluar el riesgo de extinción de
las especies y para tomar decisiones en el ámbito de la gestión y la
conservación.
Instituciones como la IUCN (International Union for Conservation of
Nature), el IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change) o el IPBES
(Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem
Services), responsables de la toma de decisiones relativas a la
conservación de especies, utilizan los modelos de distribución de
especies para tratar de predecir lo que ocurrirá en la naturaleza ante
fenómenos como el cambio climático. “Para la construcción de estos
modelos se emplean datos obtenidos de investigaciones anteriores. Sin
embargo, hasta la fecha no existía una guía estandarizada que ayudase a
los científicos a seleccionar los estudios más adecuados para extraer
los datos y valorar los modelos que mejor se ajustan a cada caso”,
explica Araújo.
En
este trabajo los investigadores han desarrollado la primera guía para el
ámbito de las ciencias medioambientales. Son guías que ya existen en
campos como el de la medicina, donde su uso permite la mejora y
estandarización, por ejemplo, de procesos quirúrgicos. Sin embargo, este
tipo de protocolos no existen en el ámbito de la biodiversidad.
“En
primer lugar, no hay una presión real por incluir los resultados de las
investigaciones científicas en la toma de decisiones políticas; de
hecho, muchas de estas medidas se basan en consideraciones oportunistas
o en una intuición poco documentada. En segundo lugar, biodiversidad es
un concepto que, a diferencia de la ingeniería o la medicina, es
complejo de definir y por tanto difícil de estandarizar. Por último,
existen también diferencias de criterio entre los propios científicos
que usan estos modelos”, alerta Araújo.
“Con
este estudio demostramos que el consenso es posible y que la aplicación
de esta guía podrá mejorar la calidad de los datos y los modelos, tan
esenciales para la conservación de la biodiversidad”, concluye el
investigador.
Fuente: CSIC enero 2019
Miguel B. Araújo, Robert P. Anderson, A. Márcia Barbosa, Colin M. Beale,
Carsten F. Dormann, Regan Early, Raquel A. Garcia, Antoine Guisan, Luigi
Maiorano, Babak Naimi, Robert B. O’Hara, Niklaus E. Zimmermann, Carsten
Rahbek.
Standards for distribution models in biodiversity assessments. Science
Advances. DOI:10.1126/sciadv. aat4858
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