La difusión metálica, como procedimiento de protección contra la
corrosión, consiste en aplicar un recubrimiento metálico basado en una
aleación con propiedades especiales, realizada por difusión de otro
elemento dentro de la masa superficial.
Para ello se calientan las piezas a recubrir junto con el material de
recubrimiento a alta temperatura durante cierto tiempo, durante el cual,
el material de recubrimiento difunde dentro del metal base hasta cierta
profundidad. El resultado es una capa aleada de propiedades especiales
de mayor o menor espesor en dependencia de la temperatura y el tiempo de
permanencia.
En el procedimiento los protagonistas son: El metal base a proteger y el
material difundido sobre su superficie.
Aluminación o calorización
Acero, hierro fundido y cobre o Aluminio.
Objetivo: Aumentar la resistencia a la corrosión en caliente
(termorresistencia).
Cromizado
Acero.
Cromo.
Objetivo: Aumentar la resistencia a la corrosión por ciertos agentes
químicos.
Silicación
Acero e hierro fundido.
Silicio.
Objetivo: Aumentar la resistencia a la corrosión por alta temperatura y
por algunos agentes químicos.
Sherardización
Acero.
Zinc.
Objetivo: Mejorar la resistencia a la corrosión por la acción
atmosférica.
También es común en la práctica que se usen estos procedimientos de
manera combinada, es decir, la cromoaluminación y la cromosilicación que
combinan las propiedades de ambos y dan, en general, una mayor
resistencia térmica a las piezas. Por ejemplo, el acero cromosilicado es
resistente hasta una temperatura de 1000ºC mientras que el
cromoaluminado llega hasta los 1050ºC.
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