Ejemplo quimioautótrofos: Bacterias de azufre corrosivas. (Wikipedia) |
La corrosión por microbios, o corrosión microbiológica, está producida
por microorganismos capaces de realizar actividad electroquímica sobre
las superficies metálicas sumergidas, provocando fenómenos corrosivos.
La biodiversidad orgánica que está presente en éste tipo de corrosión la
pueden producir tanto las bacterias, como las algas y los hongos. La
mayoría de los materiales, incluyendo metales, polímeros, vidrio y
cerámica, pueden ser degradados por estos microorganismos.
Así, los agentes microbiológicos pueden influir en la corrosión por
efectos tales como celdas de aireación diferencial, la producción de
especies corrosivas, tales como minerales y ácidos orgánicos, amoníaco,
y la reducción del sulfato a sulfuro. La Corrosión microbiana, también
es llamada Corrosión Bacteriana o Biocorrosión.
Los microorganismos involucrados en la corrosión, por lo general
autótrofos, están asociados a la acción de actividades metabólicas, las
cuales liberan compuestos volátiles como amonio y sulfuro de hidrógeno.
Todos los productos formados afectan a las reacciones catódicas o
anódicas alterando la electroquímica de la interface biopelícula/metal.
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