Microrganismos biológicos marinos tales como percebes, mejillones, algas
y otros tipos de moluscos se adhieren a los materiales de las
estructuras sumergidas en agua de mar afectando a su integridad.
Si la superficie es metálica, esta experimenta una secuencia de cambios
químicos y biológicos que ocurren en la misma escala de tiempo.
Poco después de la inmersión las bacterias y las diatomeas que componen
el microfouling, son muy numerosas y cubren la superficie metálica.
Posteriormente comienzan a adherir organismos de mayor tamaño que
componen el macrofouling (moluscos, poliquetos, etc.).
El fouling es la principal causa de problemas técnicos y de pérdidas
económicas de diversas industrias. Por ejemplo, las centrales
termoeléctricas, sufren severos problemas por la formación de
biopelículas en los tubos de los intercambiadores de calor.
Se estudió la corrosión microbiología y la formación de biopelículas
sobre metales y aleaciones de internes industrial, tales como aceros
inoxidables del tipo AISI (American Institute Stainless Iron) 304L, 316T
y 430 y aleaciones de cuproniquel 70/30 y 90/10 durante diferentes
periodos de exposición.
El gran reto de los científicos es la protección de este tipo de
estructuras mediante recubrimientos antifouling resistentes a este tipo
de corrosión microbiológica. También se pueden utilizar ánodos de
sacrificio y generadores de corrientes galvánicas capaces de revertir el
proceso de desintegración.
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