Un juicio derivado de un accidente marítimo por corrosión ha sido
celebrado en la sala del número 2 de lo Penal de Avilés (Asturias).
Un armador se enfrentaba a la petición de la Fiscalía de dos años y
medio de cárcel por un presunto delito contra la vida y la salud de los
trabajadores después de que un marinero de su barco resultara herido
hace cinco años cuando se rompió el grillete que sujetaba la pluma que
sostenía las cajas de pescado que descargaba en la lonja de Avilés.
Las pruebas concluyeron que la ruptura se produjo por corrosión bajo
tensiones y que para determinar esa corrosión interna tuvo que ser
analizarlo en laboratorio tecnológico acreditado.
El objetivo concreto del ensayo fue el de realizar una estimación del
tiempo necesario para alcanzar el grado de corrosión que presentaba el
cable en la zona de rotura, determinando si era posible que se hubiese
producido en menos de 1 año o en menos de 5 años.
La determinación de estos dos intervalos de tiempo se debe a que, en
cumplimiento de lo dispuesto en la regla III/20 del Convenio SOLAS 1, la
circular MSC.1/Circ.1206/Rev.1 de la Organización Marítima Internacional
(OMI) y el Real Decreto 38/2009 de 23 de enero, por el que se regulan
las pruebas a las que se someten los botes salvavidas y sus medios de
puesta a flote y se autoriza su realización a empresas especializadas,
los dispositivos de salvamento y sus elementos deben ser sometidos a un
examen minucioso anual y el último realizado había tenido lugar en el
puerto de Algeciras el 14 de enero de 2012, y que los cables deben ser
renovados a intervalos que no excedan de cinco años, y en el caso
concreto del cable instalado a bordo del buque LAIDA dicho plazo
expiraba el 11 de febrero de 2013, según consta en la documentación
aportada por la propia compañía del buque.
Este ensayo determinó que el grado de corrosión en el punto de rotura
podría haberse alcanzado por corrosión atmosférica en un plazo
aproximado de 5,4 años, bajo las siguientes condiciones:
Corrosividad atmosférica muy alta.
Lubricación inefectiva.
El estudio determinó además que la zona contigua al terminal cónico
presentaba corrosión generalizada, mientras que en otras zonas del cable
la corrosión era mucho menor.
Discusión de resultados de los ensayos de laboratorio
El hecho de que el ensayo de tracción haya determinado una carga de
rotura del cable superior a la exigida por el fabricante del pescante
parece descartar que la resistencia del cable en general se hubiera
visto afectada por una posible falta de calidad o defectos del material
del cable.
El grado de corrosión observado en el punto de rotura es ligeramente
superior al estimado para un cable sometido a corrosión atmosférica en
Europa y Mediterráneo durante cinco años. Simultáneamente se ha
encontrado que el grado de corrosión en otras zonas del cable próximas a
la zona de rotura, también expuestas a la acción atmosférica, es menos
elevado. Tal y como indica el informe elaborado por el laboratorio de
TECNALIA, el tramo de cable localizado entre el terminal cónico y la
fractura presenta un deterioro por corrosión significativo que, en los
alambres exteriores más afectados, se manifiesta en una pérdida total de
diámetro de 927 μ. En comparación, el resto de tramos recibidos
presentan daños por corrosión menores.
Esto puede ser indicativo de que en el punto de corrosión la lubricación
del cable era inefectiva; suposición que vendría apoyada por las
dificultades de observación y mantenimiento del punto 1 del Convenio
Internacional para las Seguridad de la Vida Humana en el Mar, 1974, en
su versión actualizada (SOLAS 1974). INFORME TÉCNICO S-40/2013,
investigación del accidente ocurrido con el bote salvavidas de caída
libre del buque mercante LAIDA, el 27 de enero de 2013, en el puerto de
Bilbao (Vizcaya) rotura, al estar el terminal cónico situado en el
interior de una pequeña estructura del pescante.
Esta hipótesis es coherente con los tiempos estimados de corrosión
atmosférica.
Origen de la corrosión del cable
Además del fenómeno de corrosión atmosférica, cualquier otro fenómeno
asociado al material o a las condiciones de trabajo del cable debería
haber afectado por igual a zonas no contiguas al terminal cónico, por lo
que cabría, en principio, descartarlos. Así, otras posibles causas de
corrosión, de existir, podrían estar asociadas a la presencia del
terminal cónico. Según el certificado del cable, el terminal cónico
estaba unido al mismo mediante resina WIRELOCK®; del examen
de la información de uso de esta resina en terminales cónicos se deduce
que se puede producir corrosión en la zona próxima al terminal:
- En su uso con cables de acero inoxidable en ambientes marinos (no es
el caso, ya que el cable roto es de acero galvanizado, no de acero
inoxidable).
- Por un engrase incorrecto de la zona cercana al terminal tras su
instalación.
- Por el uso de un alambre de material no recomendado para amarrar el
cable durante la instalación del terminal. Las instrucciones de uso de
esta resina prescriben la utilización de alambre de hierro recocido
suave, y prohíben el uso de otro tipo de cable (cobre, bronce,
inoxidable, etc.) para el amarre.
Independientemente del origen de la corrosión, el estado del cable y los
resultados del estudio sobre su grado de corrosión permiten afirmar que
el deterioro del cable se habría hecho patente mucho antes de romperse,
y por lo tanto dicho deterioro debería haber sido detectado en las
inspecciones del equipo.
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