El científico climático de la NASA, James Hansen, alertó en el año 1988,
ante el Congreso de los EE.UU., del riesgo de un inminente calentamiento
global, 30 años antes de lo que hoy es una evidencia desgraciadamente
contrastada.
En aquellos tiempos Hansen urgió al mundo la necesidad de reducir los
agentes forzadores de cambios en el clima, tales como los gases de
efecto invernadero, y limitar el CO2 con el fin de ir reduciendo
lentamente el calentamiento global durante los próximos 50 años.
Hansen destacó que las emisiones de CO2 representan el forzador
climático más importante, y advierte que es necesario que éstas
disminuyan pronto y que eventualmente sean restringidas con mayor
severidad para estabilizar las condiciones atmosféricas y detener el
calentamiento mundialmente de agentes forzadores diferentes del CO2, y
de esta manera ganar tiempo hasta que las emisiones de CO2 puedan ser
mejor controladas.
Si el uso de combustibles fósiles continúa al ritmo de hoy en día
durante los próximos 50 años, y si el crecimiento del metano y la
polución del aire se detienen, el calentamiento en 50 años será de
alrededor de 0.7°C (1.3°F). Esto es considerable, de acuerdo con Hansen,
pero es menos de la mitad del calentamiento en "escenarios en los que
las cosas siguen como hasta hoy, llevando a un desastre inminente".
El calentamiento climático proyectado por el estudio del Instituto
Goddard es cerca de la mitad en comparación con crecimientos típicos
incluidos en el Informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio
Climático, (en inglés Intergovernmental Panel on Climate Change ó IPCC).
Esto se debe a que el IPCC considera un gran número de forzadores y
modelos. El calentamiento en el modelo del GISS es similar a los
resultados más bajos del IPCC, a pesar de que el modelo GISS tiene una
sensibilidad relativamente alta a los forzadores.
El incremento más lento de las emisiones de gases de invernadero
reveladas por este estudio, provee una evidencia alentadora de que las
medidas ambientales logradas con tanto esfuerzo están en verdad teniendo
un efecto positivo en el cambio climático. Pero el estudio también sirve
para recordarnos que los gases de invernadero continúan en aumento.
Esfuerzos continuos serán necesarios para frenar las emisiones, dicen
los científicos del Instituto, si es que deseamos llegar a tener un
cambio climático bajo control.
Los resultados de estas investigaciones aparecieron ya hace 30 años en
Proceedings of the National Academy of Sciences (Actos de la Academia
Nacional de Ciencias). Hansen fue coautor del artículo junto con Makiko
Sato, de la Universidad de Columbia, Nueva York.
Fuente: NASA
Portal de Calentamiento Global de la Agencia de Protección Ambiental de
los EEUU --Incluye hechos y cifras sobre el cambio climático
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