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Cuando un deportista va a competir bajo unas condiciones climáticas
diferentes a las habituales en las que se encuentra, bien sea por
cambios geográficos o estacionales, solo existen dos posibilidades:
desplazarse al lugar de la competición para entrenar con suficiente
antelación bajo dichas condiciones inhabituales, o entrenar en una
cámara climática.
Condiciones tales como la altitud, el frio, el calor, la sequía, la
elevada humedad, la contaminación, el polvo, la lluvia, la nieve, los
choques térmicos nocturnos y diurnos, etc., son circunstancias que
pueden afectar seriamente al rendimiento de los deportistas, sean cuales
sean sus disciplinas que desarrollen; desde un partido de tenis, una
regata oceánica, un partido de futbol, un rally en el desierto, una
carrera ciclista, un salto en paracaídas o ala delta, una maratón, o
escalar el Everest…..
Y es que la preparación física bajo control climático en las mismas
condiciones ambientales extremas del escenario de la competición, va a
marcar la clave del éxito o el fracaso de un equipo que ha desarrollado
enormes esfuerzos para conseguir, tanto sus añorados objetivos
personales, como los de todo un país.
Esto lo saben muy bien los especialistas en medicina del deporte, tales
como el Centro de Alto Rendimiento deportivo de Sant Cugat en Barcelona,
que ya hace varios años que adquirieron la correspondiente cámara
climática de entrenamiento inteligente, y de la cual salieron
renombrados deportistas de élite.
Días pasados hemos escuchado las declaraciones del veterano ganador del
Dakar 2018 Carlos Sainz, a la periodista Susana Griso del canal de
televisión Antena 3.
Carlos Sainz se quita mérito así mismo porque dice que hace lo que le
gusta y disfruta con ello, pero hace hincapié en la importancia del
entrenamiento climático previo en las condiciones reproducidas de Dakar,
cuestión que requiere una disciplina y dedicación enormes.
Las pruebas de esfuerzo en condiciones climáticas simuladas extremas, en
forma de altas temperaturas, elevada altitud, y deficiencia de oxígeno
(hipoxia), etc., son muy duras, pero esenciales porque son las
condiciones que sabes que te vas a encontrar allí.
Cuando un deportista basa su entrenamiento diario en condiciones
simuladas reproducidas, no existen sorpresas cuando ya te enfrentas al
escenario real.
Esa ha sido la clave.
Ya Marc Coma atribuyó su éxito en el Dakar de motos antiguo al
entrenamiento realizado en la cámara climática de esfuerzo del CAR
(Centro de alto Rendimiento Deportivo de Sant Cugat en Barcelona), al
igual que lo hicieron y lo hacen muy diversos deportistas
internacionales de élite.
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