Recuperación de testigos sedimentarios de la laguna Cimera (Imagen:
Santiago Giralt)
Detalle del cuadro <<Cazadores en la Nieve>>(1565) de Pieter Bruegel el
Viejo
Los testigos sedimentarios recuperados del fondo de los lagos alpinos
son esenciales para realizar reconstrucciones climáticas (Imagen:
Santiago Giralt) |
El ICTJA-CSIC participa en un estudio que reconstruye de forma precisa
el clima de la Península Ibérica de los últimos 700 años
La pequeña edad de hielo, el período frío más importante del hemisferio
norte desde finales del siglo XIV hasta el XIX, se alargó en la
Península Ibérica del 1300 al 1850, según revela un nuevo trabajo que ha
contado con la participación de los investigadores del ICTJA-CSIC
Santiago Giralt y Armand Hernández. La investigación, publicada en la
revista Earth Science Reviews, ha sido liderada por Marc Oliva,
investigador Ramón y Cajal del Departamento de Geografía de la
Universidad de Barcelona. Los resultados, que han permitido reconstruir
el clima de la Península Ibérica desde el año 1300 hasta la actualidad,
ponen de manifiesto la acentuada variabilidad climática durante este
periodo y evidencian la alternancia de fases frías y cálidas.
La investigación presenta la síntesis más precisa realizada hasta ahora
de la evolución del clima peninsular de los últimos 700 años para
contextualizar este periodo frío y su evolución posterior, y se basa en
el análisis de diversas fuentes históricas y registros naturales
(comportamiento de las glaciares, sedimentos de los lagos, anillos de
los árboles, etc.).
En el estudio han participado investigadores del Departamento de
Historia Moderna y del Departamento de Geografía de la Universidad de
Barcelona, así como expertos del Servicio Meteorológico de Cataluña, el
Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC), la Universidad de Oviedo ,
el Museo Nacional de Ciencias Naturales, la Universidad de Zaragoza, la
Universidad de Lisboa, la Universidad de Santiago de Compostela, la
Universidad de Granada, la Universidad de Valladolid y el Instituto de
Historia del CSIC.
Los investigadores del ICTJA-CSIC se encargaron de realizar la síntesis
de lo que se conoce sobre la pequeña edad del hielo a partir del
registro sedimentario de los lagos de alta montaña de la Península
Ibérica.
El período frío más prolongado de los últimos 10.000 años
Los resultados del estudio han permitido describir la evolución
climática peninsular del período conocido como la pequeña edad de hielo,
"que es el periodo frío más prolongado e intenso de los últimos 10.000
años", explica el investigador Marco Oliva. Los autores del trabajo se
han centrado en el estudio de las zonas de montaña, las áreas menos
afectadas por la actividad humana, y han recopilado e integrado todas
las evidencias que había sobre el clima de los últimos 700 años en la
Península Ibérica.
La investigación presenta la síntesis más precisa realizada hasta ahora
de la evolución del clima peninsular de los últimos 700 años para
contextualizar este periodo frío y su evolución
Si bien la intensidad del frío y sus implicaciones eran conocidas en
otras regiones del continente europeo, no se conocía la traslación al
conjunto de la Península Ibérica ni cómo había afectado a los
ecosistemas naturales. "Una de las principales novedades del estudio es
demostrar la elevada variabilidad del clima durante esta fase fría con
una mayor recurrencia de eventos climáticos extremos (olas de frío,
nevadas, sequías, inundaciones, etc.). Se sabía que era un período más
frío que el actual, pero no sabíamos que había tenido tanta variabilidad
ni con tantos episodios extremos con repercusiones decisivas en la vida
diaria de las sociedades de la época", destaca el investigador.
Episodios de inundaciones extremas como los registrados en el levante
peninsular en noviembre de 1617 o en la fachada atlántica en enero de
1626 implicaron la pérdida de cosechas, la destrucción de caminos y
puentes, así como graves daños a la economía. Las recurrentes olas de
frío comportaban un aumento de la mortalidad e incluso determinaron
cambios en la dieta diaria en las sociedades del noroeste peninsular.
Además, las bajas temperaturas a menudo iban acompañadas de nevadas que
desencadenaron aludes catastróficos, como la gran nevada de 1888 en
Asturias.
El impacto se puede apreciar especialmente a través de la gran cantidad
de fondos documentales de donde se ha extraído la información climática,
como por ejemplo documentación administrativa municipal, dietarios,
crónicas, libros de memorias, expedientes de obras públicas, planos y
mapas o informes de daños por riesgo climático.
Aumento térmico de 1°C por causas naturales
El estudio también ha permitido cuantificar el calentamiento climático y
evaluar su magnitud durante los últimos 700 años. Según los
investigadores, el incremento de temperatura experimentado desde el
inicio de la Revolución Industrial es de aproximadamente 1 ° C, el mismo
aumento que fue por causas naturales desde la fase más fría de la
pequeña edad de hielo (1675) hasta los episodios finales, que coinciden
con el inicio de la actividad industrial humana.
"El aumento de la temperatura desde el inicio de la actividad industrial
(1850-2017) es de aproximadamente 1°C, un aumento similar al registrado
desde las fases más frías de la pequeña edad de hielo, alrededor de 1675
, hasta el inicio de la era industrial. En este caso, sin embargo, el
aumento se produjo de manera natural, sin injerencia antrópica, por una
serie de factores relacionados con la actividad solar, erupciones
volcánicas, etc.", subraya Oliva.
Estos resultados, según los autores, invitan a ser cuidadosos a la hora
de relacionar de manera reduccionista cualquier fenómeno vinculado a la
variabilidad climática con el concepto de cambio climático. "El clima
responde a muchas variables, de las que no se conoce bien qué
comportamiento tienen, y el grado de incertidumbre científica se
desprecia", remarca el investigador, y lo ejemplifica con la fusión
acelerada de los glaciares de los Pirineos: "los registros naturales nos
dicen que los glaciares pirenaicos son un fenómeno anómalo en los
últimos 10.000 años, que sólo había tenido en fases muy puntuales. Ha
sido más habitual ver unos Pirineos sin hielo en verano que no que
conserven hielo de manera permanente. Y esto ha ocurrido durante
milenios en que no había afectación humana sobre el clima. Por lo tanto,
la desaparición de los glaciares del Pirineo estaría ligada al
calentamiento natural del final de la pequeña edad de hielo, que al
mismo tiempo estaría potenciado por el calentamiento debido a los gases
de efecto invernadero ligados a la actividad humana", concluye.
"Sólo entendiendo mejor cuál es la respuesta de los ecosistemas en el
pasado podemos anticipar qué puede pasar en el futuro", acaba Marc
Oliva.
Autores:
Oliva; M.; Ruiz-Fernández, J.; Barriendos, M.; Benito, G.; Cuadrat, J.
M.; García-Ruiz, J. M.; Giralt, S.; Gómez-Ortiz; A.; Hernández, A.;
López-Costas, O.; López-Moreno, J. I.; López-Sáez, J. A.; Martínez-Cortizas,
A.; Moreno, A.; Prohom, M.; Saz, M. A.; Serrano, E.; Tejedor, E., Trigo,
R., Valero-Garcés, B. i Vicente-Serrano, S. (2018). «The little ice age
in Iberian mountains», Earth Science Reviews, 177: 175-208.
Fuente:
http://www.ictja.csic.es/index.php/news-events/news/ictja-news/research-news/1004-el-ictja-csic-participa-en-un-estudio-que-reconstruye-de-forma-precisa-el-clima-de-la-peninsula-iberica-de-los-ultimos-700-anos
www.cci-calidad.com |