La Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles, en su firme apuesta por
la sostenibilidad y protección medioambiental, específicamente en la
reducción de la liberación a la atmósfera de gases de efecto
invernadero, tales como el CO2, demostradamente responsable del
calentamiento global y consecuentemente del cambio climático que tanto
está afectando a nuestro planeta, ha desarrollado un sistema de
propulsión mediante gas licuado, pionero en el mundo.
Una vez implementados todos los sistemas, ha realizado la primera prueba
de tracción "criogénica" ferroviaria con gas natural licuado de Europa
entre Trubia y Baiña.
Decimos "criogénica" porque cuando se licuan los gases, en su expansión,
absorben tal cantidad de energía en forma de calor, que permiten
descender las temperaturas a niveles frigoríficos; con las dos ventajas
de: por un lado reducir su volumen por compresión sin perder su
capacidad energética de propulsión, y por otro optimizar la
infraestructura constructiva.
El proyecto, en colaboración con Gas Natural Fenosa y Enagas, representa
la primera prueba piloto de tracción ferroviaria con gas natural licuado
(GNL) de Europa y la primera en el mundo en el sector ferroviario de
viajeros. El objetivo consiste en sustituir el actual combustible diesel
por otros menos contaminantes y más económicos.
La prueba es realizada con motor GNL en un tren autopropulsado del
parque diesel de Feve (2600) en un tramo de unos veinte kilómetros entre
las estaciones de Trubia y Baiña, con extensión a Figaredo, en Asturias.
Para ello, se sustituye el motor diesel de una de las dos unidades
automotoras pareadas por otro que consumirá gas natural para su
propulsión y se instalan los depósitos en los que se almacena el GNL
junto con los elementos auxiliares necesarios.
La prueba permite contrastar los resultados obtenidos tanto para
tecnología diesel como para la de gas, ya que se mantiene una cabeza
tractora con cada tipo de combustible en el mismo tren. Esta prueba en
vía permite extraer conclusiones sobre requisitos técnicos de espacio,
peso, refrigeración y autonomía para la tracción de gas natural, además
de otras consideraciones y variables comparativas en emisiones y
economía operativa.
Entre las ventajas que puede tener el uso del gas natural como
combustible ferroviario destacan la reducción de la contaminación
medioambiental, al disminuir las emisiones de óxidos de nitrógeno,
óxidos de azufre, partículas y monóxido de carbono, así como la de la
contaminación acústica y los gases de efecto invernadero, además de
abrir opciones ante posibles nuevas exigencias ambientales en el sector.
Fuente: Vía Libre. (Fundación de los Ferrocarriles Españoles)
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