Imagen: US Navy 100313-N-9301W-079 (Wikimedia Commons)
Imagen: Lockheed AC-130 de la Fuerza Aérea USA (Wikipedia) |
Hoy en día, es inconcebible pensar en el lanzamiento de un producto sin
antes conocer exhaustivamente el comportamiento del mismo en las
condiciones ambientales en las cuales se vaya a desarrollar su
actividad, con el fin de poder garantizar su durabilidad y fiabilidad a
largo plazo.
Estas condiciones pueden ser naturales (reproducción de climatología
estacional típica, climas árticos, desérticos, tropicales,
estratosféricos, etc.), o artificiales (interior de automóviles,
satélites espaciales, máquinas diversas, procesos productivos, etc.). En
cualquiera de los casos, no sólo es necesario conocer su comportamiento
en dichas condiciones, sino que además ha de garantizarse el
funcionamiento óptimo de los equipos a largo plazo, haciendo los
pertinentes estudios de fatiga y su letalidad en el tiempo.
Para todo ello es necesario realizar ensayos acelerados de estrés
climático, de tal manera que todos los equipos y componentes estén
sometidos a condiciones que superen las reales, de forma controlada y
cíclica, con el fin de que se puedan sacar conclusiones a escala de
laboratorio relativas a la durabilidad y fiabilidad a largo plazo, no
sólo para cumplir con las normativas exigibles, garantizar el prestigio
e imagen de marca, la pervivencia en el mercado y evitar graves
repercusiones, no sólo por las propias consecuencias de posibles
malfunciones de los elementos en cuestión, sino también por los daños
colaterales y perjuicios económicos derivados del desconocimiento de su
comportamiento, además de la propia cobertura preceptiva en materia de
seguridad.
Cuando hablamos de condiciones ambientales, nos referimos, no sólo a los
climas naturales, sino también a climas generados por los múltiples
desarrollos tecnológicos y también situaciones artificiales, pudiendo
destacar las siguientes:
Altas o bajas humedades (condensaciones o situaciones de sequedad).
Altas o bajas temperaturas (burn-in o ultracongelación).
Corrosión salina por proximidad al mar.
Corrosión atmosférica industrial o urbana (niebla ácida de diferente
composición).
Simulación espacial (vacío, altas radiaciones, ultracongelación, etc.).
Simulación abisal (altas presiones).
Atmósferas tóxicas y explosivas (gases controlados).
Simulación solar (radiaciones UV mediante lámparas de xenón).
Simulación ciclónica (túnel de viento, polvo y arena).
Climas agresivos (granizo, nieve, lluvia torrencial).
Alta concentración de ozono.
Ensayos dinámicos combinados con climas cíclicos (vibración, tracción,
compresión, flexión, etc., combinados con choques térmicos).
Reproducción de situaciones complejas diversas.
Tecnología de productos
Todo ello requiere un conocimiento profundo y una larga experiencia en
el desarrollo de los sistemas capaces de reproducir todas las
condiciones previsibles, controlarlas y documentarlas fehacientemente
con trazabilidad internacional, de tal manera que puedan realizarse las
correspondientes intercomparaciones a escala global.
A tal fin se dota de equipos para estas investigaciones a los centros
tecnológicos, estamentos y empresas más prestigiosas, porque todos estos
climas han sido desarrollados y son reproducidos a escala de laboratorio
con las cámaras de ensayos, de forma fiable y segura, con solvencia
tecnológica.
Para garantizar la fiabilidad de los ensayos, su intercomparación y su
certificabilidad, es necesario disponer de una larga experiencia, un
know-how basado en la utilización de tecnología punta y un sistema de
control riguroso tal que permita garantizar, tanto en los equipos más
estandarizados como en los prototipos, altas estabilidades térmicas,
minimización de inercias, repetitividad en el tiempo y homogeneidad
reproducible espacial, incluso con aportes de emisión energética, sin
menoscabo de la reproducción de gradientes óptimos.
Las cámaras de ensayos no solamente han de estar certificadas, sino que
satisfacen todas las normas nacionales e internacionales vigentes.
Cumplen todas las normativas de seguridad exigibles, van acompañadas del
marcado CE y del correspondiente certificado de conformidad. Asimismo,
son respetuosas con el medio ambiente, dado que cumplen rigurosamente
las normas de seguridad medioambiental y de protección de la capa de
ozono, conforme a los protocolos de más reciente fuente de legislación.
El personal de mantenimiento habrá de asumir la responsabilidad de un
servicio post-venta con las máximas garantías para el usuario, con
rapidez y calidad, gracias a su alta cualificación y el bagaje propio de
ser, a su vez, el personal técnico implicado directamente en la
fabricación.
Asimismo, para responder a todas las necesidades específicas, las
cámaras habrán de disponer de control informático vía PC, disponiendo
para ello del software más moderno existente, interfaces diversos,
pantallas táctiles, conexiones ethernet, multiconfiguración, aviso de
incidencias a domicilio o a central de alarmas, etc., y de máxima
simplicidad para permitir el fácil acceso y obtención de datos sin
necesidad de conocimientos especiales.
Fuente: CCI.
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