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Niquelado electrolítico contra la corrosión metálica

 

El tratamiento superficial por niquelado consiste en depositar una capa de aleación níquel-fósforo o níquel-boro sobre los metales en presencia de un agente reductor tal como el hipofosfito sódico hidratado (NaPO2H2•H2O), que reacciona electrolíticamente con los iones metálicos para facilitar la deposición.

En función de los porcentajes de fósforo empleados se pueden obtener diversas aleaciones con diferentes propiedades, desde 2-5 (bajo en fósforo) a un máximo de 11-14 (alto de fósforo).

 

El niquelado químico se caracteriza por un espesor de capa uniforme, incluso en piezas complicadas y en las superficies interiores. Además, las superficies se caracterizan por una dureza muy alta y una protección contra la corrosión excelente.

 

Las propiedades de la capa de un recubrimiento de níquel químico dependen de la pureza del material de base, el tratamiento previo y el espesor de la capa. En la mayoría de los métodos se utiliza un contenido de fósforo comprendido entre el 2% y 14%.

 

Níquel químico con concentración baja en fósforo:

 

Es excelente para la resistencia a la corrosión en ambientes alcalinos.

 

Níquel químico con concentración media de fósforo:

 

Este es el tipo más común de niquelado químico.

 

Níquel químico con concentración alta en fósforo.

 

Garantiza la máxima resistencia a la corrosión, por lo que es ideal para los sectores más exigentes de la industria que requieren protección contra ambientes altamente corrosivos.

 

Para evaluar el potencial de resistencia a la corrosión de los recubrimientos metálicos se emplean las cámaras de ensayos acelerados de laboratorio, en las cuales se pueden recrear todas las condiciones ambientales posibles.

 

Dentro de las condiciones ambientales potencialmente corrosivas entra las que puede proteger el níquel, podemos citar las siguientes:

 

Corrosión salina neutra:

 

La producida por el ambiente marino sin presencia de componentes ácidos, (pH alrededor de 7).

 

Corrosión salina ácida:

 

La producida por ambientes activos en los cuales, además de la presencia de sales diversas tales como el ClNa, SO4Cu, etc., pueden existir concentraciones de ácidos, tales como el ácido acético procedente de las siliconas empleadas en la carpintería metálica del aluminio, ácido úrico en granjas, etc., por ejemplo.

 

Corrosión urbana:

 

La generada por la contaminación procedente de los combustibles de los automóviles y las de las calefacciones en presencia de humedad.

 

Corrosión industrial:

 

La producida por la contaminación procedente de las emisiones de los procesos industriales en presencia de humedad (niebla ácida).

 

Corrosión microbiológica:

 

Provocada por la contaminación de bacterias aerobias y anaerobias existentes en aguas con altas concentraciones salinas, típicas de los mares y océanos, lagos salados y fosas salinas. Las más significativas son las denominadas ferrobacterias.

 

Corrosión galvánica:

 

Se produce cuando dos metales, cuyos potenciales de oxidación-reducción son claramente diferenciados, se unen íntimamente en presencia de un electrolito. En estas condiciones se genera una auténtica pila galvánica en la cual el ánodo al oxidarse comienza a generar un flujo electrónico con el consecuente desprendimiento progresivo de la superficie del metal.

 

Corrosión bajo tensión:

 

Se produce como consecuencia de la combinación de dos efectos simultáneos tales como un medio ambiente corrosivo, unido a una tensión mecánica tal como la producida por los efectos continuados de tracción, flexión y torsión, etc.

 

El deterioro superficial producido en tales condiciones aparece en forma de microrroturas tales como agrietamientos progresivos (fatiga por corrosión).

 

Corrosión Kesternich:

 

Es la misma que la corrosión industrial. Consiste en el ataque corrosivo producido por el SO2 en presencia de humedad saturada a condensación, bajo condiciones térmicas controladas.

 

Corrosión por inmersión alternativa:

 

Se produce cuando las superficies metálicas son periódicamente cubiertas por el agua de mar, por ejemplo, a intervalos repetitivos provocados por el oleaje, mareas, etc.

 

Corrosión climosalina:

 

También denominada de ciclos climáticos combinados con niebla salina. Es el que representa más fielmente lo que sucede en la realidad con los ciclos nocturnos y diurnos, donde por la noche sube la humedad baja el punto de rocío (clima húmedo), al amanecer sube la temperatura y baja la humedad (secado), y alternadamente se producen las deposiciones de la niebla salina dispersada por el mar.

 

Corrosión inducida:

 

Es la que no está causada de manera directa por el agente primario que interacciona con el metal en cuestión, sino por la influencia de los subproductos derivados de dichos agentes primarios. Este tipo de corrosión también se denomina corrosión influenciada. Es el caso de la acción de los microorganismos biológicos, los cuales generan derivados metabólicos que desprenden componentes ácidos, los cuales, influyen en la cinética del proceso de corrosión. 


Podemos decir que, en todos los casos, el niquelado electrolítico ofrece una buena resistencia contra la corrosión.

 

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