Investigadores del departamento de biología molecular de la Universitat
Politècnica de València y el CSIC, hallan un novedoso y potente
antioxidante de origen natural en las plantas del tomate con importantes
aplicaciones en la industria.
Un equipo de investigadores del Instituto de Biología Molecular y
Celular de Plantas (IBMCP), centro mixto de la Universitat Politècnica
de València y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC),
ha identificado un novedoso y potente antioxidante natural en las
plantas del tomate. Se trata de una sustancia fenólica que sintetiza la
planta de tomate cuando se ve sometida a un estrés biótico y que hasta
el momento era totalmente desconocida.
La UPV y el CSIC han registrado la patente nacional e internacional del
nuevo antioxidante, así como el procedimiento para aislarlo en el
laboratorio y también sintetizarlo químicamente. El hallazgo se ha
publicado recientemente en la revista Environmental and Experimental
Botany.
El poder antioxidante de este nuevo compuesto es mucho mayor -catorce
veces mayor- que el que posee, por ejemplo, el resveratrol, conocido
antioxidante presente en el vino tinto, capaz de retardar el
envejecimiento celular. Además, es cuatro veces y media más potente que
la vitamina E y diez veces más que la vitamina C.
Sus aplicaciones podrían ser múltiples. Así, por ejemplo, en la
industria alimentaria podría utilizarse como conservante de alimentos
para el consumo humano y piensos para animales, por su acción como
retardante de la oxidación de los lípidos. Este potente antioxidante
evitaría alteraciones como el enranciamiento de grasas y aceites, que
merma extraordinariamente su calidad alimentaria. También podría
utilizarse como suplemento para productos funcionales.
Asimismo, cabe destacar que los antioxidantes poseen propiedades
beneficiosas para la salud, como son la prevención de las enfermedades
coronarias y el cáncer, por lo que el compuesto podría tener grandes
aplicaciones en la industria farmacéutica.
Otros posibles usos podrían darse en la industria petroquímica, como
conservante de la gasolina, y en la industria de los polímeros, en la
fabricación de fibras, productos de caucho y geotextiles. En este caso,
el antioxidante se utilizaría como estabilizante en el proceso de
producción y para aumentar la vida útil del producto final.
Por otro lado, en la industria cosmética podría emplearse en productos
para el cuidado de la piel, por sus posibles propiedades para la
prevención del envejecimiento.
El proceso de síntesis es sencillo y económico, por lo que, según
apuntan los expertos del IBMCP, ya está preparado para ser introducido
en el mercado, y, además, ofrece ventajas importantes respecto al resto
de antioxidantes comerciales.
Las investigaciones que han permitido descubrir esta nueva sustancia las
han desarrollado María Pilar López y José María Bellés, con la
colaboración de Purificación Lisón e Ismael Rodrigo, investigadores
pertenecientes al Laboratorio de Señalización y Respuesta al Estrés
Biótico del IBMCP, bajo la dirección de Vicente Conejero, todos
profesores del Departamento de Biotecnología de la Universitat
Politècnica de València. El trabajo ha sido financiado por el Ministerio
de Ciencia e Innovación.
Fuente: UPV
http://www.upv.es/noticias-upv/noticia-4720-biologia-molecu-es.html
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