Científicos del IIM-CSIC observan que el rendimiento en carne del
mejillón depende de las condiciones climatológicas.
El trabajo revela que en años con inviernos secos, primavera temprana y
veranos dominados por vientos del noreste, la producción de mejillones
alcanza un mejor rendimiento en carne, en la época central de
explotación, con la consiguiente repercusión en el rendimiento
económico.
La investigación se desarrolló dentro de los proyectos de colaboración
investigación-empresa del CSIC con la empresa PROINSA en la ría de
Ares-Betanzos, que se viene desarrollando desde hace más de dos décadas.
Los grupos de investigación del CSIC, Ecofisiología de Bivalvos y
Geoquímica Orgánica del IIM, con la colaboración de la empresa PROINSA,
participan en el proyecto europeo ClimeFish, cuyo objetivo general es
evaluar los impactos del cambio climático en la acuicultura y pesquerías
europeas.
Científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
en colaboración con la empresa PROINSA han realizado un estudio con el
objetivo de establecer la influencia de las condiciones climatológicas
sobre los rendimientos en carne del mejillón. Para ello se ha utilizado
un extenso conjunto de datos de los rendimientos en carne procedentes de
mejillones cultivados en diferentes zonas de la ría de Ares-Betanzos
recogidos entre los años 2001 y 2012 por la empresa PROINSA.
El trabajo modela la variabilidad estacional del rendimiento en carne y
analiza su variabilidad interanual en función de las condiciones
meteorológicas en el área del estudio, utilizando como variables
explicativas la radiación solar, los vientos costeros y la descarga
fluvial. Estas variables meteorológicas se proponen como proxies de la
temperatura de la superficie del mar y disponibilidad de alimento,
siendo las variables que controlan el crecimiento de bivalvos, según los
estudios previos publicados.
Los resultados obtenidos, publicados en la revista Ecological
Indicators, demuestran que los mejores rendimientos en carne del cultivo
de mejillón se obtienen en los años caracterizados por inviernos secos,
con una primavera temprana, seguidos de veranos con vientos del noreste
intensos y frecuentes.
El trabajo establece la utilidad de vincular el rendimiento en carne
del mejillón con las condiciones meteorológicas para utilizar estas como
predictores de la variabilidad estacional e interanual del rendimiento
en carne del mejillón.
El estudio se enmarca en el proyecto europeo ClimeFish (H2020), en el
que participa el CSIC a través de dos grupos de investigación del
Instituto de Investigaciones Marinas (Vigo): Geoquímica Orgánica y
Ecofisiología de Bivalvos, y cuyo cometido concreto es determinar los
impactos del cambio climático en el cultivo del mejillón, como
prolongación de las investigaciones desarrolladas por el CSIC en
colaboración con la empresa PROINSA, a través de contratos de
investigación, desde hace más de dos décadas.
EL ESTUDIO: CONTEXTO, OBJETIVOS, METODOLOGÍA Y RESULTADOS
“Los ecosistemas marinos afectados por el fenómeno de afloramiento, como
es el caso de la costa gallega, son altamente sensibles a los cambios en
las condiciones climatológicas, particularmente a las alteraciones en el
régimen de vientos costeros. En este contexto, se ha planteado un
estudio para conocer si dichos cambios climatológicos explican la
variabilidad observada en el rendimiento en carne del mejillón y, de
explicarla, en qué sentido”, señalan los científicos.
Para ello, los científicos, que llevan más de dos décadas desarrollando
investigaciones en la ría de Ares-Betanzos en el marco de contratos de
investigación con la empresa mejillonera PROINSA, analizaron datos del
rendimiento en carne del mejillón cultivado en los dos polígonos de
cultivo de esta ría entre los años 2001 y 2012 y examinaron la
variabilidad interanual de su ciclo estacional en función de las
condiciones climatológicas de esos años.
En concreto, han observado que los mejores rendimientos en carne se
obtuvieron en ciclos de cultivo caracterizados por inviernos secos
acompañados de primaveras adelantadas y seguidos de veranos dominados
por fuertes vientos del noreste, responsables del afloramiento en esta
zona.
El estudio también ha puesto de relieve diferencias espaciales, dentro
de la ría de Ares-Betanzos, en relación al rendimiento en carne del
mejillón, observándose mayores rendimientos en la parte interna que en
el segmento central de la misma.
“Estos resultados ponen en valor la utilidad de vincular el rendimiento
en carne del mejillón con las condiciones climatológicas de una zona, no
solo debido a que el rendimiento en carne sirve para fijar el precio del
producto en el mercado, sino porque permite inferir cómo podría afectar
el cambio climático a la calidad del cultivo de mejillón”, apuntan.
El trabajo confirma que la variabilidad interanual observada en el ciclo
estacional del rendimiento en carne de los mejillones cultivados en la
citada ría está vinculada a las variables primarias que definen el clima
de la zona: aportes continentales, viento costero y radiación solar.
Así, los aporte de los ríos afectan inversamente al rendimiento anual
medio de la carne; los vientos del noroeste presentan efectos positivos
en el aumento del rendimiento en carne en primavera y verano; y la
radiación solar, que determina el desove de primavera, afecta al inicio
de la recuperación del rendimiento en carne del mejillón, con el que se
inicia la época central de cosecha.
Estas variables pueden ser indicadores para estimar variabilidad
estacional e interanual del rendimiento del mejillón, y son también
útiles para discutir el impacto de futuros escenarios climáticos sobre
el rendimiento en carne del mejillón en las rías gallegas.
“En las últimas décadas el índice de afloramiento costero ha
experimentado un descenso en la costa gallega, lo que podría implicar
una ralentización de la recuperación estival del rendimiento en carne
desde su mínimo de primavera. Sin embargo, dado que las proyecciones
climáticas para el siglo XXI apuntan a una intensificación del
afloramiento, cabe esperar un aumento de la recuperación estival del
rendimiento en carne que redundaría, a su vez, en mayores rendimientos
comerciales para el cultivo” avanzan los científicos.
EL PROYECTO CLIMEFISH
El CSIC es uno de los 21 socios del proyecto europeo ClimeFish, iniciado
en 2016 y que se desarrollará hasta 2020. Financiado con cinco millones
de euros, se enmarca en H2020. Está coordinado por la Universidad de
Tromso (Noruega). Su objetivo es pronosticar y ofrecer pautas de
actuación ante el impacto del cambio climático en 25 especies marinas y
continentales de interés comercial para Europa.
Referencias: IIM-CSIC.
A. Álvarez Salgado; U. Labarta; V. Vinseiro; M. J. Fernández-Reiriz.
(2016). Environmental drivers of mussels flesh yield in coastal
upwelling system. Ecological Indicators 79: 323-329:
http://dx.doi.org/10.1016/j.ecolind.2017.04.039.
Más información:http://climefish.eu/
www.cci-calidad.com |