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La más pequeña erosión en la carrocería representa una vía de acceso a
la corrosión. En el momento en el que localicemos un impacto, por
pequeño que sea el golpe o arañazo de la pintura, deberíamos arreglarlo.
La gravilla y las pequeñas piedras que se desprenden de las carreteras
provocan desperfectos en la pintura que protege la carrocería del coche
de la oxidación.
La base de una buena conservación de la pintura consiste en un lavado a
mano del coche y posterior secado adecuado, entre otras cosas.
Pueden ser varios los motivos por los que puede aparecer la corrosión en
la carrocería y bajos de un coche. En este artículo te contamos cuáles
son y te damos algún consejo de cómo evitarla. Al igual que nos
protegemos del sol, nuestro coche necesita protegerse si viajamos a
zonas costeras.
En la parte de la carrocería del coche, cuando hay pequeños o muy
pequeños impactos, el metal de la misma queda expuesto a las condiciones
ambientales por falta de pintura protectora. Cuando esto sucede, puede
haber una reacción química entre el oxígeno y el metal que hace que se
produzca una oxidación. Ese óxido va progresando por el metal poco a
poco y pasa de ser un detalle inapreciable a producir burbujas en la
pintura y erosión en la carrocería.
Los motivos por los que nos puede aparecer oxidación y corrosión, según
la empresa de limpieza del vehículo, Top Élite Car, son: La gravilla y
las pequeñas piedras que se desprenden de las carreteras provocan
desperfectos en la pintura dejando expuesto el metal. Lo más frecuente
de los impactos está en los bajos del coche, los pasos de rueda o la
parte interior de las aletas. La sal es muy corrosiva, por eso cuando
viajamos por carreteras donde nieva, o ha nevado, y están llenas de sal,
es muy recomendable lavar el coche al término del viaje. Hay que tener
especial cuidado con lavar los bajos del coche. Ahora en verano, que es
muy común viajar a zonas de la costa, hay que tener cuidado con la
carrocería del coche. La salinidad del ambiente marino nos puede
provocar corrosión en toda la carrocería, incluso en el interior del
coche en todos los elementos metálicos y también en varios elementos que
forman el motor.
En el momento en el que localicemos un impacto, por pequeño que sea el
golpe o arañazo de la pintura, deberíamos arreglarlo para así evitar la
corrosión de la carrocería. Si podemos examinar los bajos del coche
podremos ver cualquier posible foco de corrosión. Para ello, debemos
eliminar las trazas de barro, sal o cualquier otro elemento y así
prevenir el proceso de corrosión. Prevenir la corrosión La base de una
buena conservación de la pintura de la carrocería consiste en un lavado
a mano del coche y posterior secado adecuados, con jabones neutros que
respeten la pintura, ceras, plásticos, gomas... y utilizar toallas de
microfibra de alta absorción para no dejar residuos en el secado. Por
otro lado se puede prevenir la corrosión de la zona de los bajos y pasos
de rueda aplicando antigravilla. Aunque viene ya aplicada de fábrica en
casi todos los modelos, lo cierto es que con el uso se va deteriorando.
Permite proteger las zonas de paso de rueda de las proyecciones
continuas derivadas de la conducción y de la corrosión. A su vez,
permite reconstruir el grabado y la textura original en todos los puntos
visibles como faldones delanteros y traseros, largueros de chasis,
paneles delanteros y pasos de rueda que están sin pintar y generalmente
son plásticos de color negro o antracita. Si ya hay corrosión en la
parte de los bajos y pasos de rueda, hay que hacer un tratamiento
antióxido, disolviendo y eliminando la capa de óxido tratada, sin
generar manchas en el metal.
Fuente:
http://www.20minutos.es/noticia/3060150/0/consejos-evitar-corrosion-carroceria-coche-verano/#xtor=AD-15&xts=467263
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