Todos los métodos que existen para lograr controlar la corrosión de los
materiales metálicos, están básicamente encaminados a minimizar las
reacciones electroquímicas que la desencadenan, de tal manera que la
velocidad evolutiva de la misma sea la menor posible.
Una manera de control de los mecanismos corrosivos consistiría en
disminuir el flujo de electrones entre los componentes metálicos de la
celda de corrosión por el aumento de la resistencia eléctrica del metal,
lo cual haría disminuir la corriente de corrosión, y consecuentemente la
velocidad de corrosión. El proceso no siempre es posible, pero reducir
el flujo de corriente en el componente electrolítico de la celda de
corrosión produciría el mismo efecto, y esto sí que es viable.
Dado que para que exista un proceso de corrosión, debe formarse una pila
o celda de corrosión y, por tanto, un ánodo, un cátodo, un conductor
metálico y una solución conductora, además de una diferencia de
potencial entre los electrodos o zonas anódicas y catódicas, la
eliminación de alguno de los componentes esenciales de la mencionada
pila, podría llegar a detener el proceso.
Como resumen, podríamos exponer los tres métodos básicos de lucha contra
los procesos corrosivos, como sigue:
1) Aislamiento eléctrico del material.
Esto puede lograrse mediante el empleo de pinturas o resinas, depósitos
metálicos de espesor suficiente o por aplicación de recubrimientos
diversos.
De esta forma, se puede lograr aislar el metal del contacto directo con
el medio agresivo (agua, suelo y atmósfera por lo general).
2) Cambiando el sentido de la corriente en la pila de corrosión.
Conectando eléctricamente, por ejemplo, el acero con un metal más activo
(cinc o magnesio) podemos llegar a suprimir la corrosión del acero, ya
que dejará de actuar como ánodo y pasará a comportarse como cátodo,
dejando el papel de ánodo al metal más activo (cinc o magnesio).
Este es el principio de la protección Catódica.
3) Polarización del mecanismo electroquímico.
Esto se puede lograr, bien eliminando el oxígeno disuelto, o mediante la
adición en el medio agresivo de ciertas sustancias llamadas inhibidores,
las cuales pueden llegar a polarizar uno de los electrodos de la pila de
corrosión y por lo tanto, llegar a detener, o cuanto menos disminuir,
sus efectos.
Esencialmente, de lo que se trata es de actuar sobre el entorno
ambiental químicamente activo al cual está expuesto el metal con el fin
de bloquear el proceso electroquímico responsable del deterioro
corrosivo.
Fuente:
http://www.businesswire.com/news/home/
20130307005097/en/GE-Engineers-Elected-National-Academy-Engineering
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