Cambios en la productividad, temperatura y corrientes oceánicas a lo
largo de las tres últimas décadas. Los valores del índice van de 0
(azul) – mínimo cambio – a 1 (rojo) – máximo cambio - |
Un estudio con imágenes de satélite identifica las zonas oceánicas donde
más incide la subida de temperatura global.
Los cambios ambientales se distribuyen de forma heterogénea por todo el
planeta.
Este estudio ayuda a priorizar
las áreas donde se debe proteger la conservación de la biodiversidad
marina global.
El año 2016 ha sido el más caluroso desde que hay registros. Y no se
trata de un hecho puntual, sino de una tendencia al alza en la
temperatura del planeta. Sin embargo, esta tendencia no se da por igual
en todos los lugares de la Tierra. Hay lugares en los que el incremento
de temperatura y los cambios ambientales asociados han sido mayores.
Ahora, un estudio internacional con participación del Consejo Superior
de Investigaciones Científicas (CSIC) y que emplea imágenes de satélite
ha determinado cuáles son las zonas marinas donde afecta más el aumento
de temperatura global. El estudio, publicado en la revista Science
Advances, muestra que hay zonas muy afectadas, como las situadas cerca
de los polos y del ecuador. Este estudio ayuda a priorizar las áreas
donde se debe proteger la conservación de la biodiversidad marina
global.
Los investigadores de este estudio han identificado seis regiones
marinas de excepcional biodiversidad, basándose en distribuciones
globales de 1.729 especies de peces, 124 especies de mamíferos marinos y
330 especies de aves. “En general, estos puntos calientes de
biodiversidad marina coinciden con áreas muy gravemente afectadas por el
calentamiento global”, señala Francisco Ramírez, investigador
post-doctoral del CSIC en la Estación Biológica de Doñana, quien ha
participado en el estudio.
En particular, estos puntos calientes de biodiversidad marina han
sufrido incrementos de temperatura locales y regionales, descenso de la
velocidad de las corrientes marinas y reducción de la productividad
primaria. “Por ejemplo, el Mar del Norte, entre América y Europa, y
todas aquellas áreas marinas conectadas por la Corriente del Labrador
están afectados por uno de los mayores incrementos mundiales en la
temperatura de los océanos”, precisa Ramírez.
“Además, al superponer estos puntos calientes con datos de la industria
pesquera, aunque menos precisos que nuestras estimaciones de impactos
climáticos, sugieren una preocupante coincidencia en la que las zonas de
biodiversidad marina más ricas del mundo son también las áreas más
afectadas por el cambio climático y la industria pesquera”, añade
Ramírez.
Medición vía satélite
“Estos estudios son particularmente complejos en un ambiente tan remoto,
extenso e inaccesible como el océano”, señala Ramírez. “Sin embargo,
podemos evaluar qué cambios se producen a lo largo y ancho de nuestros
mares si miramos a nuestro planeta desde la perspectiva adecuada. La
teledetección es una disciplina basada, principalmente, en la
observación de la superficie de nuestro planeta desde el espacio,
mediante satélites”.
Ramírez explica que: “Durante más de 30 años, toda una constelación de
satélites artificiales ha orbitado nuestro planeta tomando imágenes de
su superficie. Nosotros hemos utilizado esta información para
determinar, cada pocos kilómetros y para todo el planeta, cómo la
temperatura del mar, su productividad (concentración de clorofila) o las
corrientes oceánicas han cambiado a lo largo de las tres últimas
décadas”.
“En un contexto histórico en el que las políticas proteccionistas y
nacionalistas parecen estar en auge, existe una creciente necesidad por
parte de la comunidad internacional para que se implementen soluciones
que vayan más allá de las fronteras e intereses nacionales si se quieren
mitigar las causas y consecuencias del cambio climático”, concluye
Ramírez.
Fuente: Abel Grau (CSIC)
F. Ramírez, I. Afán, L. S. Davis and A. Chiaradia. 2017. Climate impacts
on global hotspots of marine biodiversity. Science Advances. Doi:
10.1126/sciadv.1601198
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