Imagen: Holomonas titanicae (Society for General Microbiology)
Imagen: Pecio de la proa del Titanic (Bluefish) |
La bacteria hallada en el casco del transatlántico Titanic, Halomonas
titanicae, forma ya parte del Top Ten de nuevas especies que ha
anunciado, como cada año, el International Institute for Species
Exploration de la Universidad de Arizona respecto a los descubrimientos
del año anterior. El exhaustivo estudio de caracterización de esta nueva
especie se ha desarrollado por el catedrático de Microbiología de la
Universidad de Sevilla, Antonio Ventosa y la investigadora Cristina
Sánchez-Porro, conjuntamente con dos investigadoras canadienses.
Ventosa afirma que lo más importante de este tipo de publicaciones, en
la que se selecciona las diez nuevas especies de todos los seres vivos
con más relevancia descubiertas a lo largo de un año, es que “se trata
de una forma de hacer llegar a la sociedad la gran biodiversidad que
existe y de poner de manifiesto que aún conocemos muy poco, y más aún
del mundo microbiano”.
Asimismo, el catedrático añade que se estima que tan solo se conocen
entre el uno y el diez por ciento del total de microorganismos que
existen en la Tierra.
La nueva bacteria se aisló a partir de muestras tomadas en 1991 a unos
2.000 metros de profundidad en unas estructuras parecidas a estalactitas
que se encuentran en el casco del Titanic por investigadores de la
Universidad Dalhousie, en la localidad de Halifax (Canadá). Tras este
hallazgo, en 2010, Antonio Ventosa y su grupo de investigación
consiguieron caracterizarla hasta determinar que se trataba de una nueva
especie, a la que designaron como Halomonas titanicae, teniendo en
cuenta el lugar de su aislamiento. Este tipo de bacterias viven a
temperaturas muy bajas, entre dos y tres grados centígrados, requieren
de un aporte de nutrientes muy bajo y además se trata de organismos
aerobios que obtienen energía a partir de metales como el hierro y el
manganeso.
Los estudios del grupo de investigación canadiense demostraron que estas
bacterias se fijan a las superficies del acero y crean productos de
corrosión que contribuyen, junto con otros microorganismos, al proceso
de deterioro del casco del Titanic por lo que esta bacteria podría ser
útil para realizar estudios relacionados con la eliminación de los
viejos buques de guerra y mercantes que se han hundido en las
profundidades del océano.
La bacteria Halomonas titanicae ha sido el primer microorganismo cuyo
genoma completo se ha secuenciado mediante el nuevo sistema de
secuenciación FLX 454, recientemente adquirido por el Servicio General
de Investigación (SGI) de Biología, ubicado en el Centro de
Investigación, Tecnología e Innovación de la Universidad de Sevilla (CITIUS).
En este momento están trabajando en el análisis de este genoma para
determinar qué genes están involucrados en los procesos de biocorrosión
así como para descubrir qué mecanismos emplea un microorganismo de estas
características para poder vivir en situaciones tan adversas.
La responsable de la Unidad de Genómica Funcional del SGI y Doctora en
Biología, Laura Navarro, afirma que los resultados obtenidos por esta
plataforma de análisis de última generación, el Genome Sequencer FLX
System 454, son superiores a los de cualquier otro equipo y que permite
estudiar la información genética de cualquier organismo, ya sea
bacteria, planta u hongo.
Fuente: Universidad de Sevilla
https://investigacion.us.es/noticias/229
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