Sin considerar la conducción de sustancias químicas corrosivas, o con pH
extremos, simplemente el agua que circula por las tuberías, ya
representa un serio problema de corrosión que ha de ser tenido muy en
cuenta.
Los componentes que normalmente acompañan al agua, y que inciden en la
rapidez con que se corroen los metales en los sistemas de distribución
son: calcio, magnesio, sodio, cloruros, sulfatos, oxígeno disuelto,
alcalinidad, pH, intensidad de amortiguación, cloro libre, cloramina,
sólidos en suspensión y conductividad.
Desde el punto de vista de la conducción de fluidos, los tipos de
corrosión suelen ser:
Corrosión uniforme o general:
Tiene como particularidad que se desarrolla con la misma rapidez por
toda la superficie, este tipo de corrosión ocurre cuando las aguas son
químicamente activas.
Corrosión por picadura:
No es uniforme, ocurre en un área anódica localizada, puede ser aguda y
profunda y es un ejemplo de un ambiente que ofrece algunas propiedades
protectoras, pero no una inhibición completa de la corrosión.
Corrosión galvánica:
Es el resultado de la exposición de dos metales distintos en el mismo
ambiente, y es más notable cuando están conectados eléctricamente en
forma directa. Con base en el potencial relativo de ambos metales, el
que sea menos noble se corroerá a expensas del que lo sea más, lo que
ofrece una protección para el metal catódico.
Corrosión por celdas:
Es el tipo más común de corrosión, ocurre cuando hay diferencias en
mineralización, acidez, concentración de iones metálicos, concentración
de aniones, oxígeno disuelto y temperatura en la exposición de un metal
a su ambiente. Estas diferencias causan discrepancias en el potencial de
solución del mismo metal.
Corrosión en hendiduras:
Es un ejemplo de la corrosión por celdas de concentración, en ella el
oxígeno se vuelve deficiente en la hendidura o grieta, lo que causa una
diferencia de potencial y provoca corrosión.
Corrosión por deszincado:
Ocurre en las aleaciones de cobre-zinc, como el latón, porque el zinc es
más anódico que el cobre y se corroe en ambientes hostiles, mientras que
el cobre se queda en su sitio.
Corrosión grafítica: Ocurre en el hierro colado expuesto a aguas
mineralizadas o con pH bajo.
Corrosión con esfuerzo (fatiga con corrosión): La causa un
esfuerzo tensor externo, y suele evidenciarse en los límites de los
granos de microestructura del metal. La ruptura frecuente de la película
protectora en la superficie origina a menudo una región anódica
continua, lo que provoca el agrietamiento y la falla del metal. Este
tipo de corrosión se observa en la fragilización cáustica de los tubos y
tambores de acero de las calderas y en el ataque de los cloruros en los
aceros inoxidables.
Corrosión por cavitación:
Es producto de la continua remoción de la película protectora contra
productos de la corrosión, que sirve como barrera contra el ataque
corrosivo de algunos metales. La corrosión por cavitación, la alta
velocidad y los cambios de dirección de flujo producen burbujas de gases
en los puntos de baja presión y la resolución de los gases de alta.
Corrosión por corrientes parásitas:
Estas pueden ser las causantes de procesos corrosivos originados por
otras causas. Un ejemplo común y actual de este tipo de corrosión se
observa en las tuberías emplazadas cerca de algún sistema de tubería
protegido mediante protección catódica. Las corrientes parásitas
derivadas de sistemas de protección catódicos pueden causar una
corrosión severa de los sistemas vecinos cuando la corriente salga de
las fuentes cercanas. La instalación de acopladores aislantes o
aplicaciones apropiadas de contracorriente, como protecciones catódicas,
pueden proveer un medio para contrarrestar este problema de flujo de
corriente.
www.cci-calidad.com |