Imagen: Tres especies del género ‘Hipparion’, que convivieron en la
Península Ibérica hace entre 9 y 5 millones de años, un buen ejemplo de
la variabilidad de tamaño en el linaje de los caballos (MAURICIO ANTÓN) |
Un trabajo liderado por el CSIC apunta a factores del entorno como
causantes de la rápida acumulación de especies durante los últimos 20
millones de años. Los investigadores han analizado 140 especies, la gran
mayoría extintas, para obtener una síntesis de décadas de estudios a
nivel global.
Los cambios climáticos, entendidos como factores del entorno, han sido
los principales responsables de la gran diversificación de los caballos,
caracterizada por una rápida acumulación de especies, durante los
últimos 20 millones de años. Esta es la principal conclusión de un
trabajo liderado por investigadores del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC) que aparece publicado en el último
número de la revista Science. Los científicos han analizado 140
especies, la gran mayoría extintas, y han sintetizado décadas de
estudios del registro fósil de los caballos en todo el planeta.
La investigación contradice la teoría clásica que explicaba la
multiplicación de las especies de caballos hace unos 18 millones de
años, durante el Mioceno inferior. Esta teoría apuntaba a que la
diversificación de los caballos estaría relacionada con una serie de
rápidas adaptaciones en respuesta a la expansión de un nuevo entorno:
las praderas. Hasta ahora se afirmaba que los cambios en el tamaño
corporal y los dientes de los caballos habrían tenido un papel
fundamental en esa gran diversificación, un escenario que en evolución
se conoce como “radiación adaptativa”.
“Según la teoría clásica, los caballos que poblaban Norteamérica en ese
momento habrían cambiado más rápido al desarrollar una dentadura más
resistente a la abrasión, típica de una dieta rica en pasto. Además, se
habrían hecho cada vez más grandes como requisito para aumentar la
efectividad de la digestión de esta comida menos nutritiva y como
estrategia contra los depredadores en los nuevos espacios abiertos”,
explica Juan López Cantalapiedra, investigador del CSIC y el Museum für
Naturkunde de Berlín.
Respuesta a factores externos
¿Realmente el tamaño y la dentición evolucionaron tan rápido durante los
momentos de radiación de los caballos pastadores? Todo apunta a que no.
Según estos investigadores, esos cambios morfológicos fueron lentos,
porque los datos recopilados indican que las radiaciones dieron lugar a
especies muy similares en ecología y forma.
Por tanto, factores del entorno, más que la evolución de esos rasgos
morfológicos, influyeron en la rápida acumulación de especies. ”Los
cambios ambientales habrían provocado la fragmentación de los
ecosistemas a escala global, lo que dio lugar a poblaciones aisladas de
caballos, diferentes genéticamente, pero con morfologías similares”,
apunta Manuel Hernández Fernández, investigador de la Universidad
Complutense de Madrid en el Instituto de Geociencias. “También afectaron
a la productividad, generando ecosistemas con suficiente energía para
mantener varias especies muy similares”, añade José Luis Prado,
investigador de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de
Buenos Aires.
Los cambios climáticos también facilitaron las dos grandes dispersiones
de los caballos desde América a Eurasia. Estas dispersiones tuvieron
lugar hace unos 11 y 4 millones de años a través del estrecho de Bering.
En ambas ocasiones los caballos entraron posteriormente a África desde
Eurasia.
“En esos momentos volvieron a diferenciarse multitud de nuevas especies
de caballos repentinamente, pero no hubo cambios especialmente rápidos
en sus rasgos morfológicos”, agrega la investigadora del CSIC en el
Museo Nacional de Ciencias Naturales María Teresa Alberdi.
J. L. Cantalapiedra, J. L. Prado, M. Hernández Fernández, M. T. Alberdi.
Decoupled ecomorphological evolution and diversification in
Neogene-Quaternary horses. Science. DOI: 10.1126/science.aag1772 Alda
Ólafsson / CSIC Comunicación.
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