Hace 10.500 años empezó esta práctica, fundamental para el desarrollo de
la agricultura. El hallazgo se realizó en el yacimiento Tell Qarassa
Norte, situado en el sur de Siria, cerca de la ciudad de Sweida. La
investigación, dirigida por el CSIC, aparece publicada en el último
número de la revista “PNAS”.
Hace 10.500 años, en un poblado de Siria empezó una práctica que
cambiaría para siempre la forma en la que el hombre se relaciona con su
entorno: iniciaron la domesticación de los cereales y, con ello, el
origen de la agricultura. Los hallazgos, realizados en el yacimiento
sirio de Tell Qarassa Norte, situado cerca de la ciudad de Sweida, son
la prueba más antigua de domesticación de tres especies de cereales: la
cebada y dos tipos de trigos (la escaña y el farro).
El equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y
las Universidades de Cantabria y País Vasco, dirigidos por el
investigador del CSIC Juan José Ibáñez, excavó en la zona entre 2009 y
2010. El estudio, en el que colaboran también investigadores de las
Universidades de Copenhague y Londres, se publica en el último número de
la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
El hombre del Neolítico del que hablamos vivió en un momento de grandes
cambios. Recogía trigo y cebada salvaje y, poco a poco, empezó su
proceso de domesticación. Es decir, empezaron a crear una economía local
basada en el control de la reproducción de los alimentos que consumían.
Los orígenes de la agricultura
Aunque se sabía ya que la domesticación de cereales tuvo lugar en
Próximo Oriente, se desconocía si los primeros cereales domésticos
habían aparecido en una sola región o en varias simultáneamente y, en el
primer caso, de qué región se trataba. "Este proceso se inició cuando
las poblaciones de cazadores recolectores comenzaron a recolectar
cereales silvestres y más adelante, los cereales silvestres fueron
cultivados y cosechados segándolos con hoces. Esta manipulación humana
llevó a la selección genética de los granos de cereal. Progresivamente,
los caracteres domésticos se fueron haciendo dominantes”, detalla
Ibáñez.
Precisamente, el estudio en Tell Qarassa ha permitido identificar
muestras de cereales que se encuentran en el inicio de este proceso de
domesticación. Entre los cereales que se cultivaron en el yacimiento,
cerca del 30% muestra caracteres domésticos, mientras que el resto
siguen presentando características propias de los silvestres.
”Hemos descubierto que los cereales de Tell Qarassa se sembraban en
otoño y se segaban sobre febrero o marzo, cuando no estaban plenamente
maduros, para evitar que se desprendieran las espigas en el momento de
la siega. El corte se realizaba cerca del suelo, para aprovechar también
la paja y una vez cosechado, se procesaba en los patios de las casas y
se almacenaba en su interior. Antes de consumirlo, se machacaba en
morteros y se molía en molinos de mano”, detalla el investigador del
CSIC.
Los datos obtenidos en Tell Qarassa demuestran el avanzado desarrollo
técnico de estas primeras comunidades agrícolas y que la domesticación
de cereales se llevó a cabo con distinto ritmo en las diferentes
regiones de Próximo Oriente. “Queda por saber si la posterior aparición
de cereales domésticos en estas regiones se debió al uso de los cereales
originarios del sur de Siria que hemos estudiado o si se produjeron
otros procesos de domesticación independientes”, concluye Ibáñez.
Este proyecto se ha financiado con subvenciones del ministerio de
Economía, Industria y Competitividad y el de Educación, Cultura y
Deporte, el Gobierno Vasco y la Generalitat de Cataluña, además ha
contado con fondos procedentes de tres Fundaciones privadas, la Shelby
White-Leon Levy, la Gerda Henkel y Palarq.
Fuente: CSIC 07/12/2016.
Amaia Arranz-Otaeguia, Sue Colledge, Lydia Zapata, Luis Cesar Teira
Mayolinic, Juan José Ibáñez. Regional diversity on the timing for the
initial appearance of cereal cultivation and domestication in southwest
Asia. PNAS.
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