Con un presupuesto de siete millones de euros, el Hespérides, con una
dotación de 70 científicos, ha zarpado desde su base de Cartagena, para
realizar una nueva misión científica en la Antártida de casi un año de
duración centrada en el cambio climático.
El Hespérides es un buque de investigación oceanográfica que pertenece a
la Armada española y que tiene su base en Cartagena (Murcia), donde fue
construido y botado el 12 de marzo de 1990.
Su dotación es también de la Armada, quien a su vez es responsable de su
mantenimiento. La Unidad de Tecnología Marina (UTM) del CSIC es la
responsable del mantenimiento del equipamiento científico del buque y
aporta el personal técnico de apoyo para la realización de las campañas
oceanográficas.
La investigación que en él se realiza está fundamentalmente dirigida y
financiada por el Plan Nacional de I+D+i con evaluación científica por
parte de la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva. La
instrumentación y los laboratorios con los que cuenta le permiten
investigar los recursos naturales, la atmósfera, el clima, los recursos
marinos, el cambio global, la biodiversidad marina y los riesgos
naturales.
El Hespérides ha realizado numerosas campañas de investigación,
recorriendo más de 300.000 millas náuticas y acogiendo a más de un
millar de investigadores extranjeros. Su casco está reforzado para
navegar en las zonas polares de la Antártica y el Ártico, por lo que,
además, sirve de apoyo logístico a las bases españolas del Polo Sur.
En esta nueva campaña de casi un año de duración que comienza hoy, y con
un presupuesto de siete millones de euros, el buque, al mando del
comandante Aurelio Fernández y con una dotación de 70 científicos,
desarrollará diversas investigaciones conforme a los acuerdos del
Tratado Antártico, entre las que destacan las siguientes:
1)
Evolución de la temperatura en los suelos que se encuentran
permanentemente congelados (permafrost) y su progresiva descongelación
como indicador de ese calentamiento del planeta.
2) Análisis
del espesor de hielo de los glaciares en la isla de Livingston y las
descargas de hielo al océano en forma de iceberg y su contribución al
aumento del nivel del mar.
3) Búsqueda
de especies de plantas especialmente resistentes a situaciones de estrés
ambiental.
4) Estudio
de la disminución de krill en el océano a través del comportamiento de
los pingüinos, que se alimentan de esa sustancia.
5)
Investigaciones sobre especies de flora invasoras.
6)
Registros del campo magnético terrestre en función de las mediciones
históricas, series meteorológicas, o mantenimiento de las series
temporales geodésicas, geotérmicas y oceanográficas en las islas
Decepción y Livingston.
Entre otras.
Fuente: Unidad de Tecnología Marina/ UTM-BIO Hespérides
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