Curiosamente, en contra de lo que cabría pensar, incluso en las
condiciones más desfavorables para los metales expuestos a condiciones
corrosivas tales como el ambiente marino al que se suelen someter la
industria aeronáutica militar que opera sobre portaaviones, existe otro
tipo de peligro de corrosión que viene de la actividad microbiana; nos
referimos a la corrosión por bacterias. En este sentido, la Fuerza Aérea
Norteamericana no podía ser una excepción.
La USAF invierte alrededor de 6.000 millones de dólares anuales para
combatir la corrosión de sus aviones de guerra, de los cuales, 1.200 son
imputables a la actividad microbiana.
De todas las causas derivadas de la biocorrosión, los biocombustibles
son factores que influyen en la proliferación de microorganismos capaces
de desarrollar una actividad electroquímica de efectos corrosivos.
Las medidas preventivas pasan por procedimientos de Descontaminación
Biológica mediante vapor a presión, el cual, a una temperatura de +80ºC,
es capaz de eliminar la actividad bacteriana responsable de la
corrosión. Este mismo procedimiento ya lo emplea rutinariamente la
fuerza aérea norteamericana en contiendas que puedan hacer sospechar el
uso de armas bacteriológicas.
Fuente: Popular Mechanics
http://www.popularmechanics.com/military/research/news/a22960/air-force-plane-eating-bacteria/
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