Imagen: Equipo de investigación de microalgas de la Universidad de Cádiz
|
El origen de los combustibles fósiles, esencialmente el petróleo,
procede precisamente de materias primas de tipo vegetal, tales como las
algas con contenidos lípidos, de ahí que su cultivo puede suponer, y de
hecho supone, una fuente energética alternativa respetuosa con el medio
ambiente.
El proceso de producción de biodiesel a partir de microalgas se inicia
con el cultivo de la cepa para la obtención de biomasa con una alta
productividad de lípidos, seguido de la separación de la biomasa del
medio de cultivo y posterior extracción de los lípidos para finalmente
obtener el biodiesel por una reacción de transesterificación, de forma
similar a como se produce a partir de cualquier aceite vegetal.
En general, las microalgas dependen para su crecimiento de un suministro
de carbono y de una fuente de luz para realizar la fotosíntesis. Sin
embargo, como respuesta a cambios en las condiciones ambientales, pueden
poner en funcionamiento diversos tipos de metabolismo tales como los
fototróficos.
Al considerar el empleo de microalgas para la producción de biodiesel,
es importante definir cuantitativamente la influencia de factores que
intervienen en su crecimiento y que favorecen la producción de lípidos,
así como su interrelación para poder manipularlos en la obtención de
biomasa con determinadas características.
Tanto el contenido de lípidos como el perfil de ácidos grasos de las
microalgas varía no solo con cada especie, sino también en función de
las condiciones de cultivo, la concentración y tipo de nutrientes, la
calidad y cantidad de luz, la temperatura, el O2, el CO2, el pH, la
salinidad, otros factores mecánicos tales como el método de mezclado y
finalmente la edad del cultivo.
Todo ello se consigue con los
fotobiorreactores, tales como los utilizados en la Universidad de Cádiz.
www.cci-calidad.com |