En la corrosión de las estructuras metálicas de bronce que forman parte
de la arquitectura urbana y monumental de las grandes ciudades, al estar
situadas a la intemperie, con el paso del tiempo empiezan por presentar
inicialmente diferentes coloraciones fruto de su exposición continuada a
las inclemencias del tiempo y los contaminantes químicamente activos
procedentes de los combustibles petrolíferos (derivados del carbono,
azufre, nitrógeno, etc.) y niebla salina en los litorales marítimos.
Todos estos agentes atmosféricos, junto con la humedad ambiental,
lluvia, viento, polvo, etc., generan a largo plazo el deterioro de la
superficie metálica, abriendo paso a los fenómenos electroquímicos
típicos de la corrosión.
El objetivo de los restauradores es detener los procesos corrosivos
mediante la limpieza, estabilización y protección del material.
Para la limpieza y estabilización del Bronce los técnicos aplican
Citrato de amonio + benzotriazol 3% (2 aplicaciones + 1 aplicación).
Para la limpieza y estabilización del resto de metales emplean acido
tánico.
Tras ello se realiza la protección de las superficies mediante barnices.
El barniz protector aplicado es a base de resina acrílica con aditivos
antioxidantes, en solución con disolventes orgánicos. Con estas
películas protectoras el resultado es más eficaz, puesto que se consigue
aislar las piezas del medio con la aplicación de las capas protectoras
que sellan. Para conseguir este objetivo, las capas sintéticas agregadas
a las superficies metálicas deben resultar estables e inertes.
Con todo ello se garantiza la durabilidad, reversibilidad y que no
interfieran u oculten la superficie original.
Al contrario que en la consolidación de otros materiales porosos, los
protectores metálicos deben obturar poros, grietas, fisuras y
microfisuras para garantizar el aislamiento del metal con el medio
ambiente.
Como ejemplo baste mencionar que con este procedimiento han sido
restaurados y protegidos monumentos histórico-artísticos importantes
instalados a lo largo y ancho de toda la península ibérica.
Fuente: Metis, Conservación y Restauración
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