Uno de los problemas más importantes con los que se encuentran los
científicos de la NASA en las investigaciones que se están llevando a
cabo para la exploración del planeta Marte por parte de seres humanos,
deriva de la enorme distancia a recorrer para alcanzar el objetivo,
realizar la misión, y volver sanos y salvos a la Tierra.
Parece lógico pensar que la solución estribaría, por un lado en
encontrar un sistema de propulsión de altísima velocidad, tal que
permitiera acortar el tiempo empleado en el viaje, reducir al máximo la
carga y las dimensiones del habitáculo de la nave espacial, y todo ello
reduciendo al máximo el estrés físico y psicológico de los astronautas,
por ejemplo. Casi nada.
En este camino, la NASA, de la mano del laboratorio JPL (Jet Propulsion
Laboratory) y del NIAC (Innovative Advanced Concepts), ha iniciado la
financiación de la fase 2 de un programa investigación basado en
diversos frentes científicos subvencionados por la Agencia Espacial
Norteamericana.
Entre los mencionados frentes de investigación, se encuentran
precisamente los retos mencionados anteriormente, como por ejemplo:
1) Desarrollo de una pequeña nave interestelar propulsada por láseres de
gran distancia, según la idea de Stephen Hawking.
2) La hibernación de los astronautas de exploración marciana mediante
criogenización controlada.
3) Sistemas de frenada basados en campos magnéticos propios, según la
idea de David Kirtley (MSNW, LLC en Redmond, Washington).
4) Sistemas de propulsión espacial mediante fuerzas plasmónicas,
aprovechando la luz del Sol.
5) La construcción de hábitats en el propio espacio donde puedan vivir
varios equi9pos de astronautas, según idea Growable Habitat de Robert
Skelton.
6) Sistema de conexión de diversas naves espaciales en el espacio,
mediante mangueras para el aprovechamiento energético de la radiación
solar, según el concepto de William Engblom, de la Universidad
Aeronáutica Embry-Riddle (Florida).
Entre otros diversos arriesgados proyectos futuristas, mucho más
increíbles que los que ni siquiera Julio Verne pudiera llegar a
imaginar.
Fuentes: NASA, JPL, NIAC
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