Los mapas revelan cómo las propiedades biológicas de las hojas, raíces y
madera en diferentes hábitats naturales afectan a su capacidad de
almacenar carbono en todo el mundo y muestran que algunos ecosistemas
retienen mucho más carbono que otros. Por ejemplo, las grandes franjas
de los trópicos secos almacenan carbono durante un tiempo relativamente
corto, debido a los frecuentes incendios, mientras que en climas cálidos
y húmedos, el carbono se almacena más tiempo en la vegetación que en los
suelos.
Aunque es bien sabido que los ecosistemas naturales de la Tierra
absorben y procesan grandes cantidades de dióxido de carbono, se sabe
mucho menos acerca de dónde se almacena el carbono o el tiempo que
permanece allí. Una mejor comprensión de cómo se almacena el carbono
permitirá a los investigadores predecir con mayor precisión los efectos
del cambio climático.
El primer autor del estudio, Anthony Bloom, un científico postdoctoral
del JPL, dijo: "Nuestros hallazgos son un paso importante hacia el uso
de imágenes de satélite para descifrar cómo funcionan los flujos de
carbono a través de los ecosistemas naturales de la Tierra. Estos
resultados nos ayudarán a entender cómo va a responder el equilibrio
natural del carbono de la Tierra a las perturbaciones humanas y el
cambio climático".
El profesor Mathew Williams, de la Universidad de Edimburgo, que dirigió
el estudio, dijo: "Estudios recientes han puesto de relieve el
desacuerdo que existe entre los modelos del sistema terrestre y en la
forma en que representan el ciclo del carbono global actual." Nuestros
resultados constituyen un punto de referencia moderno y útil para ayudar
a mejorar estos modelos y la solidez de las proyecciones climáticas
globales”.
Para generar los valores de cada una de las 13.000 células de cada mapa
un superordenador del Edinburgh Computer and Data Facility procesa cada
modelo aproximadamente 1,6 billones de veces.
Los nuevos datos se podrán añadir a los mapas cuando estén disponibles.
El impacto de los grandes eventos, como los incendios forestales sobre
la capacidad de los ecosistemas para almacenar carbono puede
determinarse dentro de los tres meses siguientes al hecho, dicen los
investigadores.
El estudio, publicado el 2 de febrero en las Actas de la Academia
Nacional de Ciencias, fue financiado por el Consejo de Investigación del
Medio Ambiente Natural, El Instituto de Tecnología de California en
Pasadena que dirige el JPL para la NASA.
La NASA utiliza su punto de vista desde el espacio para aumentar la
comprensión del funcionamiento de nuestro planeta, mejorar la vida y
salvaguardar nuestro futuro. La NASA desarrolla nuevas formas para
observar y estudiar los sistemas naturales de la Tierra interconectados
con los registros de datos anteriores. La agencia comparte libremente
este conocimiento único y trabaja con instituciones de todo el mundo
para obtener nuevos conocimientos sobre la forma en que nuestro planeta
está cambiando.
Fuente: NASA
http://www.nasa.gov/earth
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