Entendemos por anoxia climática en restauración, a la creación de
atmósferas biocidas respetuosas con las obras de arte, capaces de
exterminar los insectos que destruyen la madera; es decir, con controles
precisos de concentración de oxígeno, temperatura y humedad. Esto se
logra con las cámaras climáticas biocidas.
La técnica es cada vez más utilizada, dada la gravedad que suponen los
daños desarrollados por los insectos devoradores de la madera y sus
derivados.
Es tal la preocupación existente en el campo de la restauración, que
cada vez existen mayor número de científicos dedicados al estudio de
este fenómeno.
En este sentido, la revista Biology Letters, recogió los resultados de
un trabajo de investigación realizado por el científico de la
Universidad de Pensilvania, Blair Hedges concerniente a la distribución
de los insectos xilófagos de Europa en la antigüedad, mediante el empleo
comparativo de xilografías.
La novedosa investigación se basó en el estudio de los orificios que
este tipo de insectos dejan en los soportes de madera de las obras de
arte.
Algunos agujeros son muy antiguos, lo cual permite descifrar la
distribución de las especies de insectos presentes en las obras de arte
de la antigüedad.
El científico descubrió que muchas de las pequeñas imperfecciones en las
xilografías permitían identificar las especies de insectos que habían
perforado la superficie de la plancha de madera original antes de
imprimir el grabado.
Haciendo corresponder las dimensiones de los agujeros con el momento y
el lugar en los que se realizaron las xilografías, obtuvo un registro
histórico de la distribución de insectos xilófagos en Europa.
Los xilófagos adultos ponen huevos en las grietas de la madera. Cuando
las larvas eclosionan, se introducen lentamente en la madera
alimentándose de celulosa. Una vez transformadas en escarabajos adultos,
excavan orificios para salir de la madera, con lo que se originan los
agujeros que se observan en las xilografías.
El científico estudió 3263 agujeros de gusano en 473 xilografías creadas
entre 1462 y 1899. Descubrió que había dos tamaños de agujeros: algunos
medían unos 2,3 milímetros de diámetro y otros unos 1,4 milímetros. Y se
podía distinguir un patrón geográfico: los de menor tamaño pertenecían a
xilografías realizadas en el noreste del continente europeo, mientras
que los de mayor tamaño se hallaban en las del suroeste.
Así pudo deducir la especie de cada insecto: la carcoma común (Anobium
punctatum) al noreste y la carcoma mediterránea (Oligomerus ptilinoides)
al suroeste. El método de Hedge podría ayudar a analizar la distribución
de especies xilófagas y a obtener un registro histórico en todo el
mundo, lo que permitiría identificar los cambios en poblaciones locales
y el momento en que aparecen especies invasoras. La técnica podría
contribuir también a resolver algunos misterios del mundo del arte.
Los xilófagos han realizado y realizan grandes estragos en las obras de
arte, de ahí la importancia de realizar tratamientos biocidas capaces de
exterminar las plagas sin deteriorar las piezas, previamente a la
restauración. Por ello la importancia de utilizar las cámaras
climáticas de anoxia.
www.cci-calidad.com |