Según es sabido, en los ámbitos de la química inorgánica el incremento
de la resistencia a la corrosión de las aleaciones Zinc-Níquel,
Zinc-Cobalto y Zinc-Hierro juegan un papel muy importante como
protectores superficiales de los metales de base hierro frente a la
corrosión ambiental.
La protección superficial de los materiales férricos con estas
aleaciones electrodepositadas no solo aumenta su resistencia a la
corrosión en razón de los potenciales electroquímicos de los iones
intervinientes adheridos al acero, sino que además obtura y rellena los
poros y las grietas existentes en los sustratos.
Los cincados, niquelados, etc., aplicados en los años ochenta mediante
baños activos de carácter ácido, eran muy vulnerables a la intemperie,
mientras que los baños alcalinos empleados en la actualidad, aportan
recubrimientos más herméticos a las agresiones mecánicas por ofrecer una
mayor dureza y resistencia a la abrasión, y lo que es más importante,
una mayor resistencia a la corrosión urbana, industrial y marina.
Las pruebas de evaluación se realizan con cámaras Kesternich y de
corrosión por niebla salina, las cuales arrojan resultados concluyentes.
Las cámaras de ensayos de corrosión acelerada son capaces de reproducir
cualquier ambiente marino, industrial y urbano que pueda encontrarse en
cualquier región geográfica y acelerarlo a requerimiento. A este
respecto es de destacar que este tipo de cámaras son utilizadas por el
Centro Nacional de Investigaciones metalúrgicas CENIM, perteneciente al
Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y las compañías más
relevantes del sector, entre otras entidades públicas y universidades
diversas.
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